La ciudad brasileña de Sâo Paulo, aislada por las huelgas

Alrededor de seis millones de usuarios quedaron ayer inmovilizados en la ciudad brasileña de Sao Paulo, como consecuencia de la huelga de más de 40.000 chóferes del transporte público urbano. Los huelguistas, que mantuvieron innumerables choques con los agentes del orden, reclaman a las empresas mejores salarios y garantías laborales.Esta huelga se ha venido a sumar a la que mantienen desde hade días los empleados de los servicios aeronaúticos, que incluye a los aviadores, y que tiene virtualmente aislado a Sao Paulo del resto de país. Además, el sector ferroviario decidió igualmente ayer inic...

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Alrededor de seis millones de usuarios quedaron ayer inmovilizados en la ciudad brasileña de Sao Paulo, como consecuencia de la huelga de más de 40.000 chóferes del transporte público urbano. Los huelguistas, que mantuvieron innumerables choques con los agentes del orden, reclaman a las empresas mejores salarios y garantías laborales.Esta huelga se ha venido a sumar a la que mantienen desde hade días los empleados de los servicios aeronaúticos, que incluye a los aviadores, y que tiene virtualmente aislado a Sao Paulo del resto de país. Además, el sector ferroviario decidió igualmente ayer iniciar una huelga general indefinida en busca de mejoras salariales, lo que perjudicará a cerca de un millón de viajeros que utilizan diariamente este medio de transporte. Por otra parte, se han cumplido 22 días de la huelga que mantienen unos 100.000 metalúrgicos en demanda de mejoras salariales y reducción de la jornada laboral.

El Gobierno ha denunciado que en el seno de algunos sindicatos, que no identificó, existen "agitadores profesionales" interesados en desestabilizar su mandato constitucional. José Ignacio da Silva, líder de la Central Única de Trabajadores (CUT) ha subrayado que en los sindicatos no existe la más mínima intención de desestabilizar la democracia, pero que los obreros lucharán por sus reivindicaciones económicas. En este sentido, pese a que el Gobierno del presidente José Sarney dispuso, el pasado 30 de abril, un incremento del 100% en los salarios mínimos de los brasileños, los sindicatos en huelga han decidido proseguir con sus reivindicaciones.

La situación parece de difícil solución teniendo en cuenta los problemas económicos que afronta el país. Brasil debe hacer frente a una deuda externa de unos 104.000 millones de dólares y en 1985, sólo por intereses y amortizaciones, debe pagar a la banca privada internacional 13.000 millones de dólares.

Para hecer frente a estos pagos se confía en las exportaciones, que podrían llegar este año a los 25.000 millones de dólares. No obstante, huelgas como la de los metalúrgicos -están bloqueando las exportaciones de automóviles- podrían rebajar sustancialmente esa previsión. El índice de desempleo en Brasil se eleva al 12% de la población activa.

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