El primer saneamiento de los dos bancos

El Banco Hispano Americano, por motivos no demasiado aconsejables para la práctica del negocio bancario, como re conocía uno de sus máximos responsables, apostó duro en la primavera de 1982 por lograr la adjudicación de Bankunión en la subasta restringida realizada por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para la venta del 49% de las acciones de esta entidad. El Hispano compró voluntariamente Bankunión, y me nos de un año después canjeaba las acciones del Urquijo por las suyas propias. En ambos casos recibió ayu das cuantiosas para que el sa neamiento no supusiera dema siados problemas para...

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El Banco Hispano Americano, por motivos no demasiado aconsejables para la práctica del negocio bancario, como re conocía uno de sus máximos responsables, apostó duro en la primavera de 1982 por lograr la adjudicación de Bankunión en la subasta restringida realizada por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para la venta del 49% de las acciones de esta entidad. El Hispano compró voluntariamente Bankunión, y me nos de un año después canjeaba las acciones del Urquijo por las suyas propias. En ambos casos recibió ayu das cuantiosas para que el sa neamiento no supusiera dema siados problemas para el banco adquirente. El problema residía en que esta entidad generaba excedentes a ritmos mucho más débiles de lo que lo hacían sus más directos competidores.La adjudicación del 49% de las acciones de Bankunión al Hispano Americano se produjo en abril de 1982 y se estableció que se pagarían al 50% de su valor nominal; el FGD en instituciones bancarias le proporcionaba 40.000 millones de pesetas líquidos con la compra de las acciones de las autopistas catalanas, valoradas en más de 20.000 millones de pesetas, y de inmuebles y solares. Al tiempo se iniciaba una auditoría externa que esclarecería las pérdidas existentes y no detectadas en el momento de la adjudicación. El Banco Hispano solicitaba 29.000 millones de pesetas como resultado de esta auditoría; el fondo ofrecía 9.000 millones, y al final quedó cerrado en 15.000 millones de pesetas nuevos que recibió Bankunión en 1983. A este banco se le concedió un crédito del Banco de España de 16.000 millones de pesetas a cinco años de amortización y el 7% de interés, y quedó autorizado a no cubrir coeficientes durante ese mismo tiempo. La historia del Urquijo se inicia seis meses después de la adjudicación definitiva de Bankunión. Los responsables del Hispano tratan de que sea la banca en su conjunto la que sanee el Banco Urquijo, pero la amenaza de pasarlo por el Fondo de Garantía -lo que equivaldría a borrar del registro de banqueros a buena parte de los consejeros del Hispano- hace que se cierre esta posibilidad. En un primer momento, los responsables del Urquijo piden que sus acciones se valoren al ciento por ciento del nominal, a lo que el Hispano responde con un 50%, igual que Bankunión. Las conversaciones se cierran cuando se decide que se valorarán al 75% pero se pagarán en acciones del propio Hispano en lugar de hacerlo en metálico. A cambio de esta nueva adquisición, el Hispano recibe ayudas directas del Banco de España y otras que se contabilizan a través del Urquijo. El Hispano suscribe una ampliación de capital del Urquijo que pasa de 9.500 millones de pesetas a 20.000 millones. Al tiempo adquiere inmuebles del Urquijo por valor de 12.500 millones de pesetas. El Banco de España compra los fondos públicos del Urquijo, un total de 9.200 millones de pesetas, y se le concede una exención de coeficientes por cinco años y un crédito, por el mismo tiempo, de 12.000 millones de pesetas y el 8% de interés.

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El Hispano pide que se le compre la mitad de sus fondos públicos (unos 120.000 millones de pesetas) y una exención parcial de cubrir coeficientes; al final se le adquieren 40.000 millones de pesetas de fondos públicos y tiene que seguir cubriendo todos los coeficientes.

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