Cartas al director

Las minorías étnicas en Rumanía

He leído con interés en EL PAIS del pasado 15 de marzo el artículo firmado por su corresponsal enPasa a la página 10

Viene de la página 9

Belgrado, Juan Elorriaga, en el que se afirma que "de los seis países balcánicos sólo Yugoslavia ha asumido una política de abierto reconocimiento de las minorías". Ya se sabe que los seis países balcánicos son Albania, Bulgaria, Grecia, Rumanía, Turquía y Yugoslavia. Como ciudadana española de origen rumano, conozco bien mi país de origen, en el cual, junto a los rumanos, que constituyen la población mayoritaria (más de un 89%),...

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He leído con interés en EL PAIS del pasado 15 de marzo el artículo firmado por su corresponsal enPasa a la página 10

Viene de la página 9

Belgrado, Juan Elorriaga, en el que se afirma que "de los seis países balcánicos sólo Yugoslavia ha asumido una política de abierto reconocimiento de las minorías". Ya se sabe que los seis países balcánicos son Albania, Bulgaria, Grecia, Rumanía, Turquía y Yugoslavia. Como ciudadana española de origen rumano, conozco bien mi país de origen, en el cual, junto a los rumanos, que constituyen la población mayoritaria (más de un 89%), viven, según los datos del último censo, poblaciones de otras nacionalidades, como húngaros (7,7%), alemanes (1,5%) y otros grupos étnicos menos numerosos (serbios, búlgaros, turcos, judíos, ucranianos, checos, eslovacos, etcétera, no sobrepasando ninguno de ellos un 0,05% de la población total).

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La actitud acogedora del pueblo rumano hacia los grupos étnicos se manifiesta en el nombre con el cual se los designa: nacionalidades convivientes y no minorías, lo que refleja el respeto y la tolerancia hacia estos grupos que a lo largo de los siglos se asentaron en la tierra de Rumanía.

Esta postura se manifiesta también en el reconocimiento oficial de los derechos iguales de estos grupos étnicos en la Constitución del país y en otros actos normativos estatales, a través de los cuales se asegura el libre empleo de la lengua materna en todos los campos de la vida nacional; así como en la participación de sus representantes, sobre la base de la igualdad, en la dirección y el desarrollo de la actrividad en los dominios: políticos, económicos, de la educación y enseñanza, de los deportes, etcétera. No quiero recargar esta carta con cifras referentes al número de representantes de estas etnias en el Parlamento, en el Gobierno, en la Administración local, en las organizaciones políticas y sociales, pero podría afirmar que ellos tienen en todos los campos una participación efectiva conforme a su peso en la población total del país a nivel nacional, departamental, municipal y local.

Un lugar destacado dentro de esos derechos corresponde a la existencia de escuelas de todos los grados -incluso universitarias- donde las clases de imparten en lenguas maternas. Es significativo el siguiente ejemplo: en el año escolar 1982-1983 funcionaron 1.690 unidades locales de este tipo a nivel primario y secundario de un total de 14.367 existentes en el país, y un número de 447 institutos de un total de 1.391. Podría añadir, además, información sobre emisiones de televisión y radio en húngaro y alemán, sobre libros, periódicos y revistas, teatros y conjuntos folclóricos.

Esta carta, cuya publicación agradecería, completaría las afirmaciones del señor Elorriaga. Los lectores de su prestigioso diario entenderían que no sólo Yugoslavia tiene una postura de abierto reconocimiento de las minorías, sino también Rumanía, país en el que la política de respeto a los derechos legítimos de los grupos étnicos es tradicional, pues sus bases fueron asentadas inmediatamente después de la creación, en 1918, del Estado nacional unitario rumano.- Ana María Diaconescu.

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