Cartas al director

Setién y España

El discurso de monseñor Setién, de José María Martín Patino, ha tenido la virtud de desacralizar el poder político propugnado por el obispo de San Sebastián sacralizando de nuevo el poder eclesiástico. Y en una democracia pluralista nadie es intocable, Aunque el tono del discurso del obispo fuera acertado, e incluso su tesis de que la independencia de Euskadi sea un objetivo perseguible éticamente y en teoría, eso no obsta para que semejante afirmación sea en la práctica imprudente, como podría serlo notar ahora por una,autoridad eclesiástica que el Gobierno republicano de esta tierra es u...

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El discurso de monseñor Setién, de José María Martín Patino, ha tenido la virtud de desacralizar el poder político propugnado por el obispo de San Sebastián sacralizando de nuevo el poder eclesiástico. Y en una democracia pluralista nadie es intocable, Aunque el tono del discurso del obispo fuera acertado, e incluso su tesis de que la independencia de Euskadi sea un objetivo perseguible éticamente y en teoría, eso no obsta para que semejante afirmación sea en la práctica imprudente, como podría serlo notar ahora por una,autoridad eclesiástica que el Gobierno republicano de esta tierra es un objetivo perfectaniente pretendible en nuestro pueblo. En una sociedad pluralista todos tenemos que ceder un poco de nuestros intereses e ideales para que la, concordia y la paz ciudadanas estén aseguradas en la vida de todos los días. Y sería desestabilizador en la práctica volvernos a recordair unos a otros esos ideales que podemos legítimamente perseguir, después de haber logrado un difícil consenso mediante nuestra Constitución. Cuando las heridas todavía no están cerradas y las partes siguen irritadas, lo prudente es hablar de lo que nos une y no de lo que nos separa, cuanto más si el que lo hace es una autoridad eclesiástica, uno de cuyos deberes a cumplir es intentar la reconciliación en el pueblo. Monseñor Setién nos sorprende y no siempre nos une-

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