Motín con rehenes en el Hospital Psiquiátrco de Carabanchel

Diez reclusos que se encuentran internados en el pabellón central del Hospital Psiquiátrico de Carabanchel retenían, al cierre de esta edición, a las tres de la madrugada, a tres funcionarios a quienes amenazaban de muerte. Los reclusos, que fueron descubiertos cuando se intentaban fugar, llegaron a detener y a atar con trozos de sábanas a siete funcionarios en el preciso momento en que éstos se disponían a efectuar el relevo nocturno.Los hechos ocurrieron pasadas las 22 horas. Según parece los 10 presos del pabellón central se apoderaron primero del vigilante que iba a contarles. Luego se tra...

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Diez reclusos que se encuentran internados en el pabellón central del Hospital Psiquiátrico de Carabanchel retenían, al cierre de esta edición, a las tres de la madrugada, a tres funcionarios a quienes amenazaban de muerte. Los reclusos, que fueron descubiertos cuando se intentaban fugar, llegaron a detener y a atar con trozos de sábanas a siete funcionarios en el preciso momento en que éstos se disponían a efectuar el relevo nocturno.Los hechos ocurrieron pasadas las 22 horas. Según parece los 10 presos del pabellón central se apoderaron primero del vigilante que iba a contarles. Luego se traslada ron al punto donde los funcionarios hacen el relevo y fueron deteniendo a los que iban llegando Cuando habían atado ya a siete con trozos de sábanas, dos de los funcionarios que quedaban por llegar se dieron cuenta de la situación y dieron la voz de alarma.

La reacción de los reclusos fue encerrarse en el pabellón central con el jefe del servicio y los dos funcionarios que, en calidad de rehenes, pensaban utilizar para la fuga. Mientras tanto los dos funcionarios que habían descubierto la fuga desataban a sus compañeros.

Al punto de relevo tenían que acudir, según informó un funcionarios, los ocho vigilantes que salían de guardia y los cinco que entraban, hecho que era conocido por los reclusos.

Los presos armados con pinchos o cuchillos de fabricación casera solicitaron a continuación la presencia inmediata del director general de Instituciones Penitenciarias, Juan José Martínez Zato que no fue localizado.

El director del centro mantuvo diversas conversaciones con los reclusos e intentó convencerles para que depusieran su actitud. Los presos fueron calificados de "psicópatas muy peligros" por un funcionario. Miembros de la Guardia Civil y de la Policía Nacional permanecían en el centro dispuestos a intervenir.

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