Los medios soviéticos ocultan las protestas de Kasparov

La agencia soviética Tass apoyó ayer, con el testimonio de dos especialistas, la decisión del presidente de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), el filipino Florencio Campomanes, de suspender el campeonato del mundo que disputaban desde el 10 de septiembre los soviéticos Anatoli Karpov y Gari Kasparov. La polémica no ha sido objeto de comentario alguno en los medios de comunicación, limitados a reproducir a la agencia Tass, que ocultó el incidente entre Campomanes y Kasparov. La única referencia es: "Naturalmente, no se puede contentar a todos". El ajedrez es en la URSS el deporte co...

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La agencia soviética Tass apoyó ayer, con el testimonio de dos especialistas, la decisión del presidente de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), el filipino Florencio Campomanes, de suspender el campeonato del mundo que disputaban desde el 10 de septiembre los soviéticos Anatoli Karpov y Gari Kasparov. La polémica no ha sido objeto de comentario alguno en los medios de comunicación, limitados a reproducir a la agencia Tass, que ocultó el incidente entre Campomanes y Kasparov. La única referencia es: "Naturalmente, no se puede contentar a todos". El ajedrez es en la URSS el deporte con mayor número de practicantes.El juez yugoslavo de ajedrez Svetozar Grigorich, que intervino en el campeonato Karpov-Kasparov, y el funcionario de la FIDE Alfred Kinzel, presidente honorario de la federación de la República Federal de Alemania, se mostraban ayer favorables a la suspensión del encuentro, según unas declaraciones difundidas por Tass.

Grigorich manifestó: "Karpov y Kasparov están muy cansados, lo cual es perfectamente normal después de una batalla maratoniana semejante y no podría ser de otra manera. En relación con esto, considero que la decisión del presidente de la FIDE de suspender el campeonato es totalmente justa".

Por su parte, Kinzel manifestó que, pese a que los jugadores querían continuar, "a mí me pareció que estaban cansados".

La anulación del campeonato aparecía ayer en la Prensa bajo el título común de: "Por decisión del presidente de la FIDE". Mientras el diario Sovietski Sport la insertaba en primera plana, el órgano del partido, Pravda, la colocaba en la última.

El texto de la información respondía a una versión de la agencia Tass, que se limitaba a reproducir las palabras de Campomanes y no hacía mención de la crítica realizada por Kasparov en la tumultuosa conferencia de prensa del viernes, infrecuente en este país y más con alguna personalidad.

Allí, Kasparov, visiblemente sorprendido, increpó a Campomanes, calificó la decisión de "broma" y "golpe teatral", sugirió ha ber sido objeto de presión para que se manifestara enfermo y dijo encontrarse perfectamente de salud.

La creencia generalizada es que ha sido la salud de Karpov, no la de Kasparov, la que ha motivado la decisión. Aunque la eventual en fermedad de Karpov podría ser un motivo legítimo para suspender el campeonato, en medios ajedrecísticos soviéticos existe descontento ante el hecho de que ello no se haya planteado abiertamente y se haya utilizado también a Kasparov como excusa.

Tanto Karpov como Kasparov son miembros del partido comunista soviético, pero el campeón, ruso de nacionalidad, está mucho mejor relacionado que Kasparov, un adzerbayano de padre armenio y madre judía. Ambos jugadores no se llevan bien entre sí, pese a que posan en público y sonríen para las fotos.

En ambientes soviéticos interesados por el ajedrez se opina que, con su actuación en la conferencia de prensa, Kasparov rompió la disciplina, una importante norma de la vida social y política soviéticas, y con ello "se olvidó de que los trapos sucios se lavan en casa y no ante corresponsales extranjeros".

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