Un pequeño sector se abstiene de apoyar el informe de Marchais

El congreso del Partido Comunista francés (PCF) aprobó ayer, por una aplastante mayoría, el informe de su secretario general, Georges Marcháis. Sin embargo, un pequeño grupo (58 sobre 1.700 delegados) optó por abstenerse, hecho casi insólito en la historia del partido. Entre los abstencionistas figuró Pierre Juquin, miembro del buró político y del comité central saliente y portavoz del PCF.El congreso, que concluye hoy, domingo, con la elección a puerta cerrada de todos los órganos directivos, se ha caracterizado por un nivel de contestación interna pequeño, pero significativo en un par...

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El congreso del Partido Comunista francés (PCF) aprobó ayer, por una aplastante mayoría, el informe de su secretario general, Georges Marcháis. Sin embargo, un pequeño grupo (58 sobre 1.700 delegados) optó por abstenerse, hecho casi insólito en la historia del partido. Entre los abstencionistas figuró Pierre Juquin, miembro del buró político y del comité central saliente y portavoz del PCF.El congreso, que concluye hoy, domingo, con la elección a puerta cerrada de todos los órganos directivos, se ha caracterizado por un nivel de contestación interna pequeño, pero significativo en un partido acostumbrado a aceptar sin discusión los informes y propuestas del Comité Central y de Georges Marcháis. Hecho sin precedentes, tres federaciones votaron en contra del informe en los debates que antecedieron a la asamblea, y se registró una abstención, en el nivel de militantes, próxima al 20% en otras muchas secciones.

El resultado de la votación final, a mano alzada, no ha sorprendido. Gracias al centralismo democrático, los contestatarios habían quedado cuidadosamente aislados, aunque el, discurso de Juquin, que intervino el pasado viernes, fue sorprendentemente aplaudido por un tercio de los delegados. Este gesto no podía ser interpretado como un apoyo a sus tesis de renovación -duramente atacadas por la mayoría de los oradores-, sino como la expresión del deseo de una parte de los asistentes de evitar represalias una vez concluido el congreso. Un pequeño sector desea que Juquin continúe siendo miembro del Comité Central, aunque no sea reelegido para el buró político, que es el órgano auténticamente importante. Pocos creen que Marchais le vaya a permitir, sin embargo, seguir adelante en uno de los órganos de dirección, donde sus ideas pueden contagiar a otros.

El futuro de Juquin y el posible nombramiento de uno o dos secretarios generales adjuntos son las dos cuestiones que más interés despiertan para la sesión de hoy. Entre los candidatos a adjunto de Marcháis figura André Lajoine, que no ha intervenido en el congreso, pero que se encargó de atacar a Juquin desde las páginas de L'Humanité. Aunque la sesión se desarrollará, por primera vez, a puerta cerrada, hay expectación por saber si la dirección pedirá que se tache de las listas a los candidateís próximos al sector crítico.

El 25º Congreso del PCF marcará un hito en la historia del partido, no sólo por la presencia de unas pocas voces contestatarias, sino porque supone la renuncia a la unión de la izquierda. El discurso inaugural de Marcháis dio el tono de cuál será la línea de los comunistas franceses a partir de ahora: un ataque permanente y feroz contra el partido socialista y contra el presidente de la República.

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