Cambó y Roca

Tengo yo un amigo de derechas, y de León, que llama a EL PAÍS esa rojez, con un criterio que comparten algunos estratos sociales y gentes de distinta edad. He aquí un ejemplo: las alumnas de un colegio -religioso, por supuesto- aseguran que la señorita X es roja por leer EL PAÍS.En EL PAÍS del 8 de noviembre, el profesor Seco Serrano publica una colaboración que titula El dilema de Miguel Roca, en la que compara situaciones históricas de los años veinte con situaciones actuales, y a don Francisco Cambó y su coyuntura con la de don Miguel Roca y la suya.

Con la ponde...

Tengo yo un amigo de derechas, y de León, que llama a EL PAÍS esa rojez, con un criterio que comparten algunos estratos sociales y gentes de distinta edad. He aquí un ejemplo: las alumnas de un colegio -religioso, por supuesto- aseguran que la señorita X es roja por leer EL PAÍS.En EL PAÍS del 8 de noviembre, el profesor Seco Serrano publica una colaboración que titula El dilema de Miguel Roca, en la que compara situaciones históricas de los años veinte con situaciones actuales, y a don Francisco Cambó y su coyuntura con la de don Miguel Roca y la suya.

Con la ponderación y mesura que caracterizan al excelente historiador, analiza personas, actitudes, momentos..., y en una parte de su extenso artículo dice: "... el reformismo de Roca parece, hoy por hoy, abrir un inédito -y por ello más sugestivo- camino a todos aquellos que, no comulgando con los programas o con las experiencias socialistas, preferirían abstenerse antes que votar el neofranquismo de la Coalición Popular". ¡Tremendo! ¿Qué hacer ante la osadía del señor Serrano? ¿Anatematizarlo? ¿Llamarle rojo o alguna otra lindeza? ¿No leer EL PAÍS? ¿Querellarse contra el osado escritor? Más simple que todo eso: abstenerse de hacer política neofranquista.-

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