Los contrabandistas de material electrónico obtuvieron en España ingresos por valor de 1.000 millones de pesetas

La policía calcula en aproximadamente unos 1.000 millones de pesetas los ingresos obtenidos en España por la banda de traficantes de material electrónico recientemente desarticulada en Madrid, a cuyo. frente se encuentra el japonés Yanagisawa Todao. Los beneficios eran sacados ilegalmente de España y depositados en un banco suizo, que posteriormente los transfería a Japón. La red de contrabandistas, que traficaba también con piedras preciosas en bruto, se instaló en España el pasado mes de abril y operaba desde Suiza con otros países europeos, entre ellos, la República Federal de Alemania e It...

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La policía calcula en aproximadamente unos 1.000 millones de pesetas los ingresos obtenidos en España por la banda de traficantes de material electrónico recientemente desarticulada en Madrid, a cuyo. frente se encuentra el japonés Yanagisawa Todao. Los beneficios eran sacados ilegalmente de España y depositados en un banco suizo, que posteriormente los transfería a Japón. La red de contrabandistas, que traficaba también con piedras preciosas en bruto, se instaló en España el pasado mes de abril y operaba desde Suiza con otros países europeos, entre ellos, la República Federal de Alemania e Italia.

Funcionarios policiales españoles dependientes de la Brigada Móvil de Ferrocarriles, con base en la estación madrileña de Chamartín, continuaban ayer sus investigaciones para desmontar, en todos sus extremos, la red española de esta organización, que, hasta su desarticulación, introdujó en España material valorado en 90 millones de pesetas. La policía tenía centradas sus sospechas en varias empresas dedicadas a la venta y explotación de juegos recreativos, especialmente de Lérida y Barcelona. Al parecer, dos empresas de este tipo, registradas con los nombres de Covielsa, SA, y Billares Ibiza, recibieron material electrónico, concretamente placas y memorias de máquinas tragaperras y videojuegos.Estas placas, que constituyen el soporte de la memoria del microordenador, donde se programan los juegos, son de origen japonés, pero de fabricación ilegal. El material electrónico era posteriormente revestido en Madrid con adhesivos de conocidas multinacionales del ramo, lo que garantizaba y hacía más fácil su introducción en el mercado, La policía intervino en las oficinas de Carioca and Co., situadas en la calle de Cartagena, 93, de Madrid, una importante cantidad de adhesivos y rótulos con'el nombre de estas multinacionales. Carioca and Co. era la empresa fantasma tras la que se ocultaban las operaciones de esta banda en España.

En total fueron incautadas 1.000 memorias y 270 placas, que, según técnicos policiales, están valoradas en 55 millones de pesetas. Estos componentes, que se vendían a un predio bastante inferior al del mercado legal, se encontrabanen el interior de dos maletas y en varias cajas de cartón. Las maletas le fueron intervenidas a una de las personas que servían de correos de la organización. El correo era el encargado de introducir la mercancía en España, a veces por ferrocarril desde Francia. En esta ocasión fue localizado en la frontera de Irún (Guipúzcoa) y seguido hasta Madrid, donde se produjo su detención y la del resto de la banda, en total seis personas.

Los integrantes de la banda dirigida por por Yanagis^a, detenido también, son los brasileños de origen chino Ueng Dalí Chinn, responsable de la empresa Carioca and Co. y conocido con el sobrenombre de Roberto; Wei Yung Ri, y Chu Lin Gu, esta última una mujer. También fueron arrestados el ecuatoriano Ángel Salvador Mendoza y el portugués (aunque en un principio se dijo que era español) Carlos Alberto de Jesús, ambos correos de la banda. Los seis detenidos pasaron el sábado a disposición judicial y permanecían a media tarde de ayer en los calabozos de los juzgados madrileños, desde donde aún no habían sido trasladados a prisión.

Fuentes policiales indicaron que informarán del casó a Interpol, ya que existen datos sobre las actividades ilegales del grupo en varios países europeos y en Japón. En este último país, tras los interrogatorios a que han sido sometidos los detenidos, se ha descubierto la existencia de una fábrica clandestina de componentes electrónicos, que podría estar operando para diferentes países del mundo.

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