Tribuna:

Descensos en sesión continua, sin excesivas polémicas

La última sesión de la corta tanda semanal no se dignó sorprender a nadie y el desánimo de anteriores jornadas prosiguió sin pena ni gloria, sumiendo en la apatía incluso a los que suelen hacer profesión de optimismo. Esta reacción no deja de ser comprensible cuando se recuerda que el índice general ha perdido 3,60 puntos en la semana. Las expectativas de cambio, por si fuera poco, no están nada claras, y una considerable mayoría apuesta por el mantenimiento de esta tendencia en lo que resta de noviembre. El cierre, sin embargo, presentó mejor cara que el miércoles. Al menos, eso es lo que par...

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La última sesión de la corta tanda semanal no se dignó sorprender a nadie y el desánimo de anteriores jornadas prosiguió sin pena ni gloria, sumiendo en la apatía incluso a los que suelen hacer profesión de optimismo. Esta reacción no deja de ser comprensible cuando se recuerda que el índice general ha perdido 3,60 puntos en la semana. Las expectativas de cambio, por si fuera poco, no están nada claras, y una considerable mayoría apuesta por el mantenimiento de esta tendencia en lo que resta de noviembre. El cierre, sin embargo, presentó mejor cara que el miércoles. Al menos, eso es lo que parece indicar una lectura objetiva de la situación. Estos días han sido difíciles para el mercado, y no sólo por las tensiones de liquidez en el interbancario, propiciadas por la coincidencia de pagos en los impuestos trimestrales de las empresas con el pago aplazado del impuesto sobre la renta.

Esa situación no favorece a la bolsa, especialmente si se preseta en unos momentos de incertidumbre. Pero el mercado se ha pasado en su celo, castigando excesivamente a los valores eléctricos, que continúan sin definir todas esas incógnitas ya muy comentadas, y que quizá están purgando las alegrías realizadas a la hora de emitir bonos con unos tipos de interés muy sustanciosos, absorbiendo dinero de la renta variable.

Telefónica, en esas mismas circunstancias, ha terminado su ampliación en Madrid con un resultado que los analistas consideran demasiado discreto. El cupón cerró ayer a seis pesetas, con baja de otros 50 céntimos respecto al día anterior, y de 1,25 pesetas sobre su primera cotización. La acción de esta sociedad, por otra parte, ha descendido, del 101%. cuando comenzó la operación, al 95% de ayer. El resultado es que Telefónica ha dejado el importe del derecho y otros 4,80 enteros en este último mes, mientras que el cupón jamás se ha podido acercar a las 10,73 pesetas de su valor teórico.

A pesar de esta realidad poco confortante es necesario no olvidar que la excesiva liquidez que enfrenta el sistema monetario deberá aumentar hasta finales de año, ya que muchos inversores comienzan a plantearse su estrategia fiscal de cara al próximo ejercicio, independientemente de otras consideraciones más inmediatas. Un síntoma de los tiempos que corren, en este sentido, son las peticiones por casi 180.000 millones de pesetas para suscribir bonos del Tesoro, muy por encima del techo de emisión. Ésta es una buena señal que la bolsa no ha querido cotizar.

Tampoco el mercado ha reflejado las informaciones aparecidas sobre los fondos de pensiones, que, según todos los cálculos, podrían canalizar más de un billón de pesetas en los próximos cinco años y que, en parte, llegarán a la bolsa.

Por lo demás, ayer se anunció oficialmente la ampliación de Hidrola, al tiempo que La Seda indicaba otra operación de este tipo por 193,4 millones de pesetas, en la proporción de una acción nueva por cada 44 antiguas de la serie A o de 22 acciones de la serie B, y que se desarrollará desde el 15 de este mes hasta el 14 de enero. Ebro, por su parte, comenzó ayer el reparto de dividendo por 54,05 pesetas netas, lo que le ha supuesto dejar el importe del cupón, además de otros 4,19 enteros.

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