Tribuna:

La tranquilidad siempre precede a la tormenta

Los optimistas que habían augurado una subida en la primera sesión de la semana, se encontraron con que la realidad les daba la razón. Pero no hubo demasiadas alegrías en la plaza de la Lealtad. En realidad, el índice general se elevó 43 centésimas, pero la flojedad del mercado no permite presagiar grandes cosas para un futuro próximo. Esta semana, a decir de los más veteranos, comienza con el obstáculo de la fiesta de la Almudena, que debe servir para deformar ligeramente el comportamiento habitual de la bolsa.No se puede achacar la situación anodina que atraviesa el mercado, de todas formas,...

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Los optimistas que habían augurado una subida en la primera sesión de la semana, se encontraron con que la realidad les daba la razón. Pero no hubo demasiadas alegrías en la plaza de la Lealtad. En realidad, el índice general se elevó 43 centésimas, pero la flojedad del mercado no permite presagiar grandes cosas para un futuro próximo. Esta semana, a decir de los más veteranos, comienza con el obstáculo de la fiesta de la Almudena, que debe servir para deformar ligeramente el comportamiento habitual de la bolsa.No se puede achacar la situación anodina que atraviesa el mercado, de todas formas, a la existencia de una fiesta. Por encima de esta anécdota, es necesario reconocer que se han registrado pocos cambios en las últimas horas. La falta de interés comprador y vendedor -muchas de las operaciones que se vienen realizando estos últimos días llegan casadas- se debe principalmente al mantenimiento de esas incógnitas que no por menos comentadas dejan de ser menos reales.

El negocio bursátil se ha basado durante estos meses en el sector eléctrico. Pero este corro prosigue sin definir su situación, en espera de que lleguen a buen puerto las negociaciones sobre compensaciones y ventas de activos. Y esperando, sobre todo, el anuncio de las ampliaciones de capital. Es lógico que las sociedades no quieran adelantar sus planes mientras prosiga este pulso. No es de extrañar, por ello, que los más variados rumores recorran el parqué, avivados por vientos de los más dispares matices e intereses.

A pesar de que casi siempre es poco aconsejable hacerse eco de esos rumores, dado lo confuso del momento, quizá sea positivo que los bolsistas que no pueden acercarse por la bolsa estén al tanto de esas posibles fugas, aunque siempre hay que subrayar que, como es normal en estos casos, no hay nada confirmado por parte de las compañías. Se dice que Unión-Fenosa tiene diseñada una ampliación en la proporción de una acción nueva por cada nueve antiguas, al 50%, que puede comenzar hacia el 20 de este mismo mes. También se asegura que Sevillana y Fecsa realizarán sus operaciones al 50%, sin saber exactamente en qué proporción.

De todas formas, este compás de espera eléctrico está originando una situación negativa para la bolsa, ya que muchos operadores esperan a ver por dónde se desarrollan los acontecimientos para salir de la posición de liquidez que ahora mantienen. Esto es aún más lamentable cuando la evolución del dólar a la baja debería influir positivamente en las eléctricas, ya que se abaratan los costes de sus créditos en divisa estadounidense.

Los expertos consideran, además, que la depreciación del dólar va a suponer ciertos reajustes en las cotizaciones de distintas sociedades, en función de su dependencia respecto a esta moneda. Así, se analiza que a partir de este momento se abren nuevas dificultades para aquellas empresas que vienen exportando a Estados Unidos, o que va a terminar el período de vacas gordas para aquellas que reciben gran parte de su facturación en dólares. Este proceso se unirá, según los expertos, a la selectividad anunciada para este último trimestre del año.

Para la sesión de hoy los analistas prevén nuevas subidas selectivas, aunque de poca consideración, ya que no se espera un cambio sustancial que impulse el mercado.

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