Tribuna:

El dinero espera y se desespera en los bolsillos

Después de haber recibido el severo correctivo de la semana anterior, la bolsa ha entrado en un compás de espera que tiene su correspondiente traducción técnica en una posición neutra que, más pronto o más tarde, deberá decantarse en uno u otro sentido.Mientras llega ese momento, el perfil del mercado ofrece oscilaciones hacia arriba y hacia abajo, sin que sea fácil predeterminar qué va a suceder al día siguiente. Muchos pequeños factores influyen en el ánimo de los operadores, la mayoría de los cuales prefiere esperar en situación de liquidez a que se resuelvan las incógnitas que planean sobr...

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Después de haber recibido el severo correctivo de la semana anterior, la bolsa ha entrado en un compás de espera que tiene su correspondiente traducción técnica en una posición neutra que, más pronto o más tarde, deberá decantarse en uno u otro sentido.Mientras llega ese momento, el perfil del mercado ofrece oscilaciones hacia arriba y hacia abajo, sin que sea fácil predeterminar qué va a suceder al día siguiente. Muchos pequeños factores influyen en el ánimo de los operadores, la mayoría de los cuales prefiere esperar en situación de liquidez a que se resuelvan las incógnitas que planean sobre la bolsa.

De esta forma, el anuncio oficial sobre el índice de precios al consumo de septiembre (aumento del 0,2%), de indudable carácter positivo, sirvió para contener el ambiente, al igual que el balance de la discusión parlamentaria sobre el estado de la nación. O mejor aún, el decidido afán de las autoridades monetarias de presionar los tipos de interés a la baja, tal como se demostró en la última subasta de pagarés del Tesoro.

Después de este aluvión de buenas noticias, las ventas parecen haberse ralentizado -a pesar de que las renovaciones de créditos han influido negativamente esta semana-, aunque tampoco significa que se haya tocado fondo. Lo cierto es que las órdenes de compra aguardan con cierto nerviosismo el destino final de esos 500.000 millones de liquidez inmediata del sistema crediticio.

Los particulares, por su parte, se deben encontrar con serias dificultades si deciden acudir a las emisiones de renta fija, ya que la práctica totalidad de los empréstitos en suscripción no están disponibles ante la avalancha de peticiones originadas por las instituciones. Algo semejante auguran los expertos para las emisiones pendientes de deuda pública.

En esas condiciones, lo normal es que buena parte de esa liquidez que busca posicionarse antes de final de año, con el fin de acogerse a la desgravación fiscal, aterrice en la renta variable. Y dentro de ésta, las próximas ampliaciones eléctricas -Telefónica asegura que su ampliación marcha viento en popa- deberán convertirse en un objetivo para estos ahorradores.

Pero las compañías continuan sin decir nada. Las discusiones intersectoriales para alcanzar acuerdos en la venta de activos no están nada claras. No es sorprendente, pues, que la estrategia financiera de las eléctricas aguarde al final de la historia, aunque todo parece indicar que habrá que esperar menos de un par de semanas para que comiencen a llegar noticias.

Ése será el momento en que el mercado se decidirá por subir o bajar. La mayoría de los analistas considera que debe tener lugar un nuevo tirón hacia arriba, aunque ya no pueda ser comparable al vivido en los meses anteriores.

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