La declaración firmada entre Portugal y la CEE, apoyo político para Soares

El jefe del Gobierno portugués, Mario Soares, está convencido que el tratado de adhesión de su país a la Comunidad Económica Europea (CEE) se firmará antes de fin de año. Soares visitó ayer Bruselas, donde mantuvo contactos con los dirigentes de la CEE, entre ellos con Lorenzo Natali, vicepresidente de la Comisión Europea encargado de la ampliación, después de que el miércoles se firmara en Dublín, el "certificado de acuerdo" entre Portugal y los diez sobre la ampliación de la Comunidad, aprobado en Luxemburgo el pasado lunes.Todos los comentarios publicados tanto en Lisboa como en Brus...

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El jefe del Gobierno portugués, Mario Soares, está convencido que el tratado de adhesión de su país a la Comunidad Económica Europea (CEE) se firmará antes de fin de año. Soares visitó ayer Bruselas, donde mantuvo contactos con los dirigentes de la CEE, entre ellos con Lorenzo Natali, vicepresidente de la Comisión Europea encargado de la ampliación, después de que el miércoles se firmara en Dublín, el "certificado de acuerdo" entre Portugal y los diez sobre la ampliación de la Comunidad, aprobado en Luxemburgo el pasado lunes.Todos los comentarios publicados tanto en Lisboa como en Bruselas subrayan que el "certificado de acuerdo" (constat d'accord) insistentemente pedido por Lisboa, no tiene ningún valor jurídico, pero constituye para Mario Soares un importante triunfo en materia de política interna: un triunfo tanto más necesario en un momento en que los empresarios portugueses y los economistas multiplicaban las críticas acerca de la manera de orientar las negociaciones con la CEE.

Aun después del anuncio del acuerdo de Luxemburgo, la confederación patronal lusa recordaba que "más que la fecha del ingreso formal de Portugal en la CEE, interesa saber en qué condiciones se hará la admisión, y el estado de preparación de la economía y administración lusa para soportar el "choque europeo".

En opinión de Soares, el documento que firmó en la capital irlandesa con Garret Fitzgerald, actual presidente del Consejo de la Comunidad, "no resuelve los problemas aún pendientes, pero va seguramente a agilizar el proceso negociador, permitiendo una mayor flexibilidad de las posiciones comunitarias".

Desde el principio de la semana, este "éxito de la diplomacia lusa" -según la expresión utilizada por el ministro de Economía, Ernani Lopes, que dirige las negociaciones por parte de Portugal- ocupa la primera plana de los periódicos portugueses.

Además, el debate parlamentario sobre el Presupuesto suplementario para 1984, y el que se aproxima, sobre los presupuestos de 1985, han agudizado las divergencias en el seno del Gobierno.

El texto del constat d'accord firmado por Soares y Fitzgerald afirma solemnemente que Portugal y los diez tienen el "objetivo firme" de concretizar la ampliación de la Comunidad hasta el 1 de enero de 1986. Existe una amplia convergencia sobre una serie de temas ya negociados, pero se reconoce también que quedan "cuestiones muy importantes" que tendrán que encontrar "conclusiones negociadas mutuamente ventajosas".

La declaración firmada supone "un giro histórico para Portugal, ya que a partir de ahora estamos en la Comunidad", subrayó en Bruselas Mario Soares.

La declaración confirma el acuerdo en un número importante de capítulos, y en cuanto a los restantes, ambas partes se muestran determinadas a llegar próximamente a "conclusiones negociadas mutuamente satisfactorias", informa Andrés Ortega desde Bruselas. Por primera vez, los diez -como tales- constatan por escrito "el carácter irreversible del proceso de integración de Portugal" a la CEE y dejan constancia del "firme objetivo" de que la "nueva ampliación" (sin más precisiones) de la CEE "se convierta en una realidad el 1 de enero de 1986".

Al término de su entrevista con Soares, el presidente de la Comisión Europea, Gaston Thorn, en un comunicado de este organismo señaló "la irreversibilidad del proceso de integración de Portugal" en la CEE, "con esta fecha como objetivo para la ampliación".

Thorn subrayó "la importancia de la sesión de negociación que tendrá lugar con los países candidatos a finales de noviembre, y en ella conviene abrir una brecha decisiva con vistas a la conclusión de las negociaciones antes de fin de año". "Faltan algunas semanas y detalles, pero ya no se puede dar marcha atrás", añadió Thorn.

La reunión de ayer no fue de negociación, aunque Soares vino acompañado de tres ministros. Se trató de un intercambio de puntos de vista políticos sobre el estado de las negociaciones. De hecho, con Portugal quedan problemas por negociar como el vino, el textil, la pesca y los tomates.

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