Duarte ofrece la amnistía a la guerrilla salvadoreña a cambio de deponer las armas

El presidente salvadoreño, José Napoleón Duarte, presentó ayer "una oferta de paz" a la guerrilla, alzada en armas desde hace más de cuatro años, proponiendo personalmente a sus dirigentes, "con absoluta buena fe y con la voluntad política de encontrar soluciones más humanas", incorporarse a "la revolución democrática". El ofrecimiento de Duarte, que va bastante más allá de lo que la oposición armada había aventurado, prevé la promulgación de una amnistía general, inmediata e irrestricta, en el mismo momento en que los alzados en armas acepten incorporarse al proceso democrático.

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El presidente salvadoreño, José Napoleón Duarte, presentó ayer "una oferta de paz" a la guerrilla, alzada en armas desde hace más de cuatro años, proponiendo personalmente a sus dirigentes, "con absoluta buena fe y con la voluntad política de encontrar soluciones más humanas", incorporarse a "la revolución democrática". El ofrecimiento de Duarte, que va bastante más allá de lo que la oposición armada había aventurado, prevé la promulgación de una amnistía general, inmediata e irrestricta, en el mismo momento en que los alzados en armas acepten incorporarse al proceso democrático.

Duarte y los representantes de la guerrilla se pusieron de acuerdo para crear una comisión encargada de estudiar las posiciones de las dos partes, según un comunicado común hecho público a la salida de la reunión por el arzobispo de San Salvador, Arturo Rivera. La segunda reunión entre Duarte y los representantes de la guerrilla está prevista para el próximo mes de noviembre, según el comunicado.La histórica cita, a iniciativa del mandatario democristiano, se materializó en torno a una mesa rectangular de madera instalada ante el altar de la iglesia de La Palma, a 80 kilómetros de San Salvador.

El presidente salvadoreño llegó a La Palma rodeado de una numerosa comitiva, y junto a él participó en las negociaciones el titular de Defensa, general Eugenio Vides Casanova. El nivel de la representación guerrillera se vio rebajado al no asistir el comandante Joaquín Villalobos, máximo jefe del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), ante la imposibilidad de disponer de un helicóptero civil para trasladarse desde el departamento de Morazán, a unos 300 kilómetros de La Palma. Cuatro dignatarios eclesiásticos actuaron como testigos de este encuentro.

El presidente de EE UU, Ronald Reagan, se sumó ayer a las alabanzas que está mereciendo el gesto de Duarte, reconociendo que "corre un gran riesgo personal" al entrevistarse con la guerrilla.

La situación en El Salvador es precisamente uno de los temas centrales, junto con Nicaragua, de las negociaciones del Grupo de Contadora, cuyos cancilleres celebran mañana en Madrid una reunión encaminada a introducir modificaciones finales en el acta de paz.

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