Cartas al director

Las extradiciones

Me parece sumamente delicado el tema de la extradición de los vascos porque afecta a la médula misma de nuestra conciencia democrática. Cada una de las informaciones que se han dado sobre su huelga de sed, por ejemplo, me ha producido un mazazo: su situación tiene que haber sido desesperada para que hayan llegado a eso. Sin embargo, pienso que debemos pasar por encima de nuestra propia sensiblería y ver el fondo del problema. Yo no soy de los que creen que un conjunto de medidas policiacas, por muy eficaces que sean, vayan a resolver el problema de Euskadi, pero pienso que sin un cuadro de act...

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Me parece sumamente delicado el tema de la extradición de los vascos porque afecta a la médula misma de nuestra conciencia democrática. Cada una de las informaciones que se han dado sobre su huelga de sed, por ejemplo, me ha producido un mazazo: su situación tiene que haber sido desesperada para que hayan llegado a eso. Sin embargo, pienso que debemos pasar por encima de nuestra propia sensiblería y ver el fondo del problema. Yo no soy de los que creen que un conjunto de medidas policiacas, por muy eficaces que sean, vayan a resolver el problema de Euskadi, pero pienso que sin un cuadro de actuaciones judiciales que acompañen a las medidas políticas no hay nada que hacer.El argumento que suelen esgrimir los etarras de que ellos lo que hacen es una guerra me parece bastante pobre. Si lo es, se trata de una guerra en la que invariablemente matan a traición, porque lo que han protagonizado desde la muerte de Franco a nuestros días no ha sido precisamente una actuación cara a cara contra el Ejército o las fuerzas de seguridad españolas. Una guerra fue lo que realizaron los maquis, pero no tiene nada que ver. ETA ha matado con extrema facilidad, casi siempre sorprendiendo, y frecuentemente a personas con las que no tenían ningún contencioso individual, para, a continuación, cruzar la frontera y ganar la impunidad. Pues bien, de eso, con todos los paliativos que se quiera y con todas las flexibilidades que se estimen convenientes, hay que responder ante la justicia.

Creo que esta reflexión no roza ni atenta las convicciones democráticas. Cada vez que ETA ha actuado, Euskadi y toda España han

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Viene de la página 9vivido un sobresalto desestabilizador. En ocasiones, además, sus actuaciones han estado programadas, desde el punto de vista del calendario, como verdaderas maniobras enfocadas a provocar una reacción militar. Eso, aun sin ningún ánimo de venganza, no se debe olvidar, como tampoco se pueden olvidar todas las transgresiones a los derechos humanos que se han producido en otros conflictos, guerras o situaciones políticas inestables. Pienso, de todos modos, que no todo acaba con las extradiciones: hay que seguir también la línea de reinserción de los etarras verdaderamente arrepentidos, y esa reinserción la generalizaría una vez cesaran definitivamente las acciones de sangre.

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