Tribuna:

Todo pasa, aunque siempre queda un poco

La primera jornada de septiembre reflejó nítidamente la apatía de los inversores ante el término del período vacacional. Las referencias a las añoradas playas y montañas o los hongos que agarraron los niños levantaron más comentarios que el pobre movimiento del mercado. Así debía ser y nadie se sintió sorprendido por tal circunstancia.Los observadores, sin embargo, no dejaron de anotar en sus agendas el buen comportamiento de la bolsa después de recibir el jarro de agua fría por el aumento en un 1,5% del índice de precios al consumo durante el pasado mes de julio. La tranquilidad con que los i...

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La primera jornada de septiembre reflejó nítidamente la apatía de los inversores ante el término del período vacacional. Las referencias a las añoradas playas y montañas o los hongos que agarraron los niños levantaron más comentarios que el pobre movimiento del mercado. Así debía ser y nadie se sintió sorprendido por tal circunstancia.Los observadores, sin embargo, no dejaron de anotar en sus agendas el buen comportamiento de la bolsa después de recibir el jarro de agua fría por el aumento en un 1,5% del índice de precios al consumo durante el pasado mes de julio. La tranquilidad con que los inversores aceptaron este dato, que no favorece las expectativas de la lucha contra la inflación, se tradujo en una falta de órdenes significativas de venta, aunque ciertamente tampoco se registraron nuevas ansias compradoras.

De todas formas, el poco dinero que llegó al mercado se inclinó hacia los valores industriales, especialmente en el sector químico, así como hacia diversos valores de segunda fila, esos que los especialistas califican jocosamente como chicharrillos.

Esa actitud demuestra que los inversores se mantienen en una actitud prudente, después de las cotas máximas alcanzadas por el índice general en pleno agosto, en espera dé la solución a las incertidumbres que supone el próximo proyecto de Presupuestos Generales del Estado, aunque se mantiene la casi certeza de que los futuros planteamientos fiscales favorecerán la inversión empresarial y, por extensión, a la renta variable.

Mientras tanto, será necesario hacerse a la idea de que los volúmenes de contratación se deben mantener en un discreto nivel, semejantes a los registrados el pasado viernes: 743 millones de pesetas. La tendencia de las operaciones a crédito, no obstante, demuestra una considerable confianza del mercado, ya que en aquella misma sesión se compraron títulos por valor de 203,8 millones de pesetas, mientras que las ventas sólo ascendieron a 1,5 millones. Todo un síntoma.

Y también, mientras tanto, parece que los sectores más poderosos del mercado, como banca y eléctricas, dormitan en favor de otros corros menos importantes pero más activos. Aparte del químico, ya mencionado -y en el que se han posicionado inversores norteamericanos-, no hay, que ovidarse de alimentación, siderometalúrgicas y Telefónica. Concretamente los valores bancarios sufren cierto estaneamiento, con abundantes repeticiones a consecuencía de regístrar un saldo final marcado por el signo negativo de 15.056 títulos a la venta.

La noticia de la jornada estuvo limitada al comienzo de la ampliación de capital de Duro Felguera, totalmente liberada con cargo a la cuenta de actualización de ley de Presupuestos de 1979, y en la proporción de una acción nueva por cada siete antiguas, a la par. La sociedad cerró la sesión recuperando 23 enteros, después de pagar 190 pesetas por el derecho.

Los expertos apuestan por la próxima tendencia alcista del mercado, lo que podría suponer nuevamente la ruptura de la cota del 141% en el índice general. A ese nivel, según las hipótesis optimistas -y que demostraron su validez en el ferragosto- se estaría ante una subida libre. Luego, ya se vería hasta dónde.

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