Un hombre mantiene un debate filosófico de ocho horas cuando intentaba suicidarse

Un hombre de 28 años que pretendía suicidarse arrojándose desde el piso 25 del hotel Los Bardinos, el más alto de Las Palmas de Gran Canaria, mantuvo una curiosa batalla dialéctica con varias personas que intentaron durante ocho horas disuadirle de esta decisión. Sergio Cazorla del Toro, permaneció agarrado a la barandilla de un balcón y dispuesto a lanzarse al vacío entre la medianoche del viernes y las 7.30 horas del sábado, en que pudo ser rescatado por la policía.

En la operación disuasoria participaron el ex diputado de Unión del Pueblo Canario (UPC) Fernando Sagaseta y su s...

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Un hombre de 28 años que pretendía suicidarse arrojándose desde el piso 25 del hotel Los Bardinos, el más alto de Las Palmas de Gran Canaria, mantuvo una curiosa batalla dialéctica con varias personas que intentaron durante ocho horas disuadirle de esta decisión. Sergio Cazorla del Toro, permaneció agarrado a la barandilla de un balcón y dispuesto a lanzarse al vacío entre la medianoche del viernes y las 7.30 horas del sábado, en que pudo ser rescatado por la policía.

En la operación disuasoria participaron el ex diputado de Unión del Pueblo Canario (UPC) Fernando Sagaseta y su sobrino Salvador, periodista del diario La Provincia, que mantuvieron una larga charla con el joven. Sagaseta discutió con él sobre textos de Nietzsche y Tagore. Sergio Cazorla del Toro quería morir porque no le publicaron completa una carta suya en este periódico local.Todo comenzó hacia la medianoche, cuando una joven bilbaína ,llamada Merche y afincada en Las Palmas se asomaba al mirador del pub Los Bardinos, lugar frecuentado por políticos y periodistas canarios, y observó con asombro que una persona se mantenía agarrada a la barandilla de uno de los balcones con el cuerpo pendiente hacia el exterior. Las primeras palabras de Sergio Cazorla, casado y con un hijo, expresaron su deseo de arrojarse si el periódico La Provincia no publicaba un escrito dando explicaciones por la mutilación de una carta que ese mismo día -se refería al viernes- salió en el periódico. Ése era el motivo que le llevaba al suicidio.

Sergio Cazorla solicitaba la presencia de su periodista favorito, Salvador Sagaseta, para que al día siguiente publicara su carta completa. El fallido suicida sabía que a Salvador le habían cortado recientemente un programa radiofónico.

La verdad que deseo compartir, título de la misiva publicada y firmada por Sergio, consistía en un texto de 13 líneas, de contenido poético. Salió en la sección Tribuna libre. Decía así: "La vida es para mí como una maravillosa historia de amor; cada mañana despierto con mi corazón lleno de satisfacción y amor, y con un deseo profundo y limpio para compartirlo con la gente que me rodea. ¡Qué divino! Puedo contar conmigo, confío en mí, me basto yo solo; esto es, que no necesito de la posesión para ser feliz; vivo para mis amigos, para mis buenos amigos, y yo soy también mi mejor amigo. También es verdad que mi entorno me provoca un estado depresivo y mis fuerzas se acaban. Lloro, necesito llorar para que mis lágrimas purifiquen mi alma. Recurro a mis amigos, me escuchan, y mi corazón se vuelve a llenar de vida". "¿Qué haría yo sin amor, sin lágrimas, sin amigos?".

"PD: 'Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pie del candil, que, constante y paciente, la sostiene en la sombra'. R. Tagore. Sergio Cazorla del Toro".

Mientras Sergio se aferraba más y más a su idea de arrojarse al vacío, la presencia de otro periodista hizo que el programa radiofónico Encarna de noche lanzara una llamada para buscar a Salvador Sagaseta. Su tío Fernando, el ex diputado de UPC en la anterior legislatura, acudió al lugar de los hechos. Sergio lo aceptó como interlocutor, y hasta la hora de su rescate intercambiaron opiniones sobre lo divino y lo humano. Rabindranath Tagore, Nietzsche y la Biblia eran las lecturas más recientes del suicida.

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En el transcurso de la larga noche, algunos políticos se interesaron por evitar el desenlace fatal. El delegado del Gobierno en Canarias, Eligio Hernández, se ofreció para interceder, pero Sergio afirmó que sólo Fernando era válido para él. Por fin, Salvador Sagaseta regresó a su casa. Cuando se enteró de la noticia, se dirigió al pub y optó por una terapia contraria a la de Fernando. "Eres un imbécil, un orangután, no seas egoísta. Lo fácil es hoy día estar muerto". El ex diputado quería ser comprensivo y señalaba que estamos pasando por malos tiempos.

En un momento de indecisión, un policía lo agarró de un brazo, mientras en el piso 23 se había colocado un red con dos mástiles de vela latina. Fernando continuó hablando y otros dos policías lo agarraron y lo esposaron. Sergio Cazorla del Toro fue internado en una clínica privada de Tafira, en Gran Canaria.

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