Juegos de la 23ª Olimpiada de la era moderna

Li Ning, casi perfecto

La madre de Li Ning no recuerda ya cuántas veces tuvo que regañar a su hijo, cuando de pequeño le destrozaba colchón tras colchón. Y es que Li tenía un peculiar modo de divertirse: sacaba el colchón de su cama, lo colocaba en el suelo y se dedicaba a dar saltos mortales sobre él, hasta que sólo quedaba del sufrido útil de Morfeo un amasijo de lana. Aquellos saltos le van a permitir hoy, cuando cuenta 21 años, y si ningún juez se lo impide, llevarse de Los Ángeles varias medallas y bastantes dieces.Su primer éxito lo tuvo a los 10 años, al ganar los ejercicios libres en un torneo juvenil en Chi...

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La madre de Li Ning no recuerda ya cuántas veces tuvo que regañar a su hijo, cuando de pequeño le destrozaba colchón tras colchón. Y es que Li tenía un peculiar modo de divertirse: sacaba el colchón de su cama, lo colocaba en el suelo y se dedicaba a dar saltos mortales sobre él, hasta que sólo quedaba del sufrido útil de Morfeo un amasijo de lana. Aquellos saltos le van a permitir hoy, cuando cuenta 21 años, y si ningún juez se lo impide, llevarse de Los Ángeles varias medallas y bastantes dieces.Su primer éxito lo tuvo a los 10 años, al ganar los ejercicios libres en un torneo juvenil en China. Cuatro años más tarde, con adultos como competidores, consiguió el segundo puesto en otro campeonato en ejercicios libres. En la 11ª Universiada Mundial de 1981, Li Ning obtuvo medallas de oro en ejercicios libres, caballo y anillas.

Más información

Su fama internacional saltó en 1982 al participar en la,Copa del Mundo. Entonces subió al escalón más alto del podio. Sus saltos y volteretas han llegado a una perfección tal que a su entrenador sólo le preocupa que mantenga una dieta alta en proteínas.

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