Tribuna:

Los hombres que especulaban demasiado

A pocas horas de que una buena parte de afortunados comience sus vacaciones, nada tiene de raro que los más impacientes o los más prudentes opten por vender parte de sus plusvalías para alegrarse mientras contemplan la consabida puesta de sol sobre la espuma de una playa mediterránea o descubren los secretos de los nuevos tangas, que tanto han dado que hablar esta temporada.Las órdenes de venta llegaron al mercado, si se quiere ver desde el lado positivo, a causa del inicio del largo fin de semana, fin de quincena y, más aún, de inicio de las vacaciones.

Pero no hay que trivializ...

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A pocas horas de que una buena parte de afortunados comience sus vacaciones, nada tiene de raro que los más impacientes o los más prudentes opten por vender parte de sus plusvalías para alegrarse mientras contemplan la consabida puesta de sol sobre la espuma de una playa mediterránea o descubren los secretos de los nuevos tangas, que tanto han dado que hablar esta temporada.Las órdenes de venta llegaron al mercado, si se quiere ver desde el lado positivo, a causa del inicio del largo fin de semana, fin de quincena y, más aún, de inicio de las vacaciones.

Pero no hay que trivializer tanto el descenso -aunque haya sido simbólico- del índice general de Madrid. La pérdida de 10 centésimas, según una hipótesis optimista, supone un respiro del mercado, que consolida posiciones en espera de recuperar un poco de oxígeno y encaminarse resueltamente, durante el próximo mes de agosto, hacia la cota del 135%,.

Ésta es una posibilidad, evidentemente. Pero ayer surgieron nuevos vientos de guerra en la bolsa que conviene tener presentes. Algunos operadores, ante la proximidad del 130%, han optado por vender buena parte de sus paquetes, especialmente aquellos títulos que se caracterizan por su menor liquidez. Las plusvalías obtenidas no eran pocas. Y lo que puede ser más significativo, los partidarios de esta posición pesimista consideran que el índice general difícilmente podrá ganar otro 15% . Precisamente éste es el porcentaje de ganancia que se puede obtener en la compra de diversos activos de renta fija.

Si esta actitud se generaliza, la consecución de esa cota del 135%, augurada por los buenos, se vería ahogada en una marejadilla de realizaciones protagonizada por los malos. Claro, que en la bolsa los malos son quienes terminan perdiendo, mientras que los buenos son, como en las películas de indios, los que siempre ganan y se casan con la rubia.

Pero también los indios ganan algunas veces. Y así, en la jornada de ayer protagonizaron una suculenta anécdota a cuenta de Unión Cervecera. Este valor se encontró nada más comenzar la contratación con un buen montón de órdenes vendedoras de una entidad norteña de primera fila, que arrastró otras muchas. Cuando todo parecía zanjarse con un cambio a 23, resulta que llegan dos o tres órdenes compradoras superiores a los 250.000 títulos. Y aquello fue la batalla campal. Los más quisieron retirar sus órdenes de venta y algunos lo consiguieron, pero el guirigay fue tan grande que la Junta Sindical tuvo que intervenir. En los avances

de la sesión no apareció cambio alguno, aunque a última hora de la tarde se rumoreaba que había decidido fijar un cambio a 23 y la toma del 80% de las órdenes. Como en los filmes de Bergman, nunca se sabe quién ganó al final.

Por lo demás, el volumen de contratación continúa siendo pequeño, lo que no deja de aportar debilidad al mercado, a pesar de que ayer comenzó a pasearse algún dinero extranjero. Realmente, la posición de los valores eléctricos está aguantando todo el mercado, justo ante una sesión como la de hoy, en que previsiblemente prosiga el flujo vendedor, que, si no cambia respecto a jornadas anteriores, deberá ser relativamente asimilado por las órdenes de compra.

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