Tribuna:

Ni sí ni no, sino todo lo contrario (otra vez más)

Cierto cansancio producido por el calor, o quizá más exactamente por una carrera ininterrumpida de subidas, parece haberse adueñado de la bolsa, que espera con cierta mezcla de alivio y resignación la llegada de la segunda quincena de julio, fecha en que se espera que bastantes inversores opten por comenzar sus vacaciones estivales.También las respuestas reiterativas no por menos esperadas dejan de hacer mella en el ambiente. Y, en verdad, las elevaciones cantadas a lo largo de las jornadas anteriores están poniendo un poco la mosca tras la oreja en algunos expertos. Según estas hipótesis, la ...

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Cierto cansancio producido por el calor, o quizá más exactamente por una carrera ininterrumpida de subidas, parece haberse adueñado de la bolsa, que espera con cierta mezcla de alivio y resignación la llegada de la segunda quincena de julio, fecha en que se espera que bastantes inversores opten por comenzar sus vacaciones estivales.También las respuestas reiterativas no por menos esperadas dejan de hacer mella en el ambiente. Y, en verdad, las elevaciones cantadas a lo largo de las jornadas anteriores están poniendo un poco la mosca tras la oreja en algunos expertos. Según estas hipótesis, la bolsa continúa con un gran fondo de resistencia que, en principio, no tiene por qué impedirle alcanzar la cota del 130%.

Pero, siempre hay un pero (también hoy), los volúmenes de contratación son pequeños (803,6 millones de pesetas efectivas en la jornada del martes). La resistencia del mercado, por consiguiente, se mantiene gracias a la falta de órdenes vendedoras y no a través de las compradoras. Ése continúa siendo el obstáculo de la bolsa, esos pies de barro que temen los más pesimistas... o los más prudentes.

En definitiva, existe el temor de que las subidas que está registrando el mercado madrileño se deben más a consideraciones puramente especuladoras que de otro tipo, que la marcha real de la economía no se corresponde -para mal- con el mejor momento bursátil y que cualquier elemento anecdótico puede terminar con la bonanza de que disfruta el parqué.

Los más decididos, sin embargo, apuestan abiertamente por la continuación del ciclo alcista a corto plazo. Prueba de ello son los volúmenes de compra a crédito (61,8 millones de pesetas efectivas en la sesión del martes, frente a unas ventas casi simbólicas de 1,5 millones).

Las eléctricas, ante esta situación no demasiado clara, continúan siendo los valores más firmes. A este resultado no son ajenas las compensaciones entre compañías que prevé el Plan Energético Nacional (PEN).

El sector bancario mantiene su tendencia gris, aunque positiva en líneas generales. Realmente estos pesos fuertes no tienen nada que temer de la conyuntura, aunque alguna entidad de primera fila sea pasto de rumores sobre dificultades que, posiblemente, el mercado ha descontado hace mucho tiempo. Las operaciones del corro -siempre según lo que aparece por caja- son verdaderamente pequeñas, con saldos compradores que no llegan a los 15.000 títulos. Pero compradores, a fin de cuentas.

Las sociedades de inversión mobiliaria, por su parte, han demostrado una vez más que se habían convertido en uno de los sectores más infravalorados de la bolsa y, de alguna forma, intentan ganar el terreno perdido. La ganancia de 2,94 puntos en su índice parcial demuestra que los inversores han vuelto sus ojos hacia estos valores, por lo menos para ir equilibrando las cosas.

No es fácil que el mercado baje en esta situación, aunque es posible que prosiga la pérdida de fuerza durante la sesión de hoy. Pero las órdenes vendedoras parece que están durmiendo una profunda siesta y que los inversores han apostado por la vía ascendente.

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