Los obispos de Bilbao condenan la violencia de ETA y los excesos policiales

Los obispos titular y auxiliar de Bilbao difundieron ayer un documento que condena a la vez los nacionalismos excluyentes, la violencia de ETA y los excesos policiales. El documento se difunde ante los "graves acontecimientos que han conturbado de nuevo la paz y la convivencia cívica en el País Vasco": asesinato del secretario del Ayuntamiento de Ispáster, operación policial en Hernani, atentado de los GAL en Biarritz y polémica suscitada por la pastoral del prelado de San Sebastián.A lo largo de ocho puntos, el documento enuncia "unos principios éticos generales, coherentes con la fe cris...

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Los obispos titular y auxiliar de Bilbao difundieron ayer un documento que condena a la vez los nacionalismos excluyentes, la violencia de ETA y los excesos policiales. El documento se difunde ante los "graves acontecimientos que han conturbado de nuevo la paz y la convivencia cívica en el País Vasco": asesinato del secretario del Ayuntamiento de Ispáster, operación policial en Hernani, atentado de los GAL en Biarritz y polémica suscitada por la pastoral del prelado de San Sebastián.A lo largo de ocho puntos, el documento enuncia "unos principios éticos generales, coherentes con la fe cristiana, que nos ayuden a todos a descubrir la ambigüedad de algunos criterios, la complicidad de algunas actitudes y la necesidad de una conversación, siempre posible y especialmente necesaria en esta época dificil".

La Iglesia, según el documento, no puede "adoptar una actitud partidista, adscribiéndose a una de las diversas y encontradas interpretaciones de la identidad vasca", y por ello, "ni la tesis de la soberanía nacional vasca ni la de la unidad indestructible del Estado español" son posturas que "se derivan necesariamente de la fe cristiana". "En consecuencia", afirman los obispos, "imponer coactivamente una manera de entender la identidad vasca, someter a la población vasca a un adoctrinamiento desleal, utilizar medios ajenos al diálogo para hacer prevalecer una de las opciones y, sobre todo, recurrir a la violencia de las armas para defenderla, son procedimientos reprobables desde una ética cristiana".

El sentimiento nacional de una colectividad es una "riqueza legítima de un pueblo y de toda la humanidad", pero "todo nacionalismo español- corre el riesgo de convertir a la propia nación en un ídolo". Respecto a la violencia, "los atentados de ETA contra la vida, la integridad física, la libertad, la dignidad moral y los bienes materiales de particulares, de miembros de partidos políticos y de las Fuerzas del Orden Público son absolutamente reprobables".

Por otra parte, "una sociedad tiene el derecho y el deber de defenderse contra la violencia subversiva", pero usando "solamente los medios policiales, jurídicos y penales estrictamente necesarios para impedir aquella violencia, repelerla o sancionarla. Por eso la eficacia y la contundencia no pueden ser erigidas en valores absolutos. Sí existe una ética de los fines ha de existir también una ética de los medios, a la que es preciso subordinar la eficacia misma". Al respecto los obispos afirman tener motivos "para dudar razonablemente de si existe la debida proporción entre los fines justamente perseguidos por las fuerzas del orden y los medios empleados, en algunos casos, para cumplirlos".

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