Cartas al director

Conciencia de Jerusalén

El reciente artículo titulado Conciencia de Jerusalén y firmado por Manuel Vicent contiene ciertas aseveraciones que me interesa impugnar.Pasa a la página 12

Viene de la página 11

1.
Es obvio que el 31 de mayo de 1984 no se ha cumplido el séptimo aniversano de la toma del Jerusalén antiguo por los judíos. Dicha toma u ocupación sucedió entre los días 5 y 7 de junio de 1967. Hay un error de siete días, por una parte, y 10 años, por otra, entre la memoria del señor Vicent y la cronología histórica.

2. El Jerusalén antiguo, rodeado, sí, de murallas...

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El reciente artículo titulado Conciencia de Jerusalén y firmado por Manuel Vicent contiene ciertas aseveraciones que me interesa impugnar.Pasa a la página 12

Viene de la página 11

1. Es obvio que el 31 de mayo de 1984 no se ha cumplido el séptimo aniversano de la toma del Jerusalén antiguo por los judíos. Dicha toma u ocupación sucedió entre los días 5 y 7 de junio de 1967. Hay un error de siete días, por una parte, y 10 años, por otra, entre la memoria del señor Vicent y la cronología histórica.

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2. El Jerusalén antiguo, rodeado, sí, de murallas, no está sólo habitado por árabes, ni tampoco es verdad que ' las calles huelan a la manera medieval, por efecto del almizcle y la boñiga. Existen tres barrios más (cristiano, armenio y judío, estos últimos, de gran belleza arquitectónica), y en conjunto la ciudad es ajena al cuadro de suciedad que muestra don Manuel Vicent.

3. Si el articulista hubiera estado más atento al movimiento de los judíos en oración, no habría escrito que "basculan nerviosamente la cadera", en un baile de San Vito. Habría observado que se trata de un movimiento antero-posterior del torso o espalda, no de cadera (aunque no niego que la falsa versión resulte más divertida).

Los errores apuntados, y alguno más, no impiden que la lectura del artículo Conciencia de Jerusalén sea interesante y divertida, y queprecisamente en tales ficciones o errores resida parte de su innegable encanto.

Pero se me antoja que llamar conciencia de Jerusalén a un daguerrotipo superrealista, como los que tan diestramente sabe hacer don Manuel Vicent, es trucar la naturaleza del idioma y confundir a quienes todavía repiten (repetimos) "el año que viene en Jerusalén", a la manera de salutación esperanzada en algo difícil de explicar, pero tan real y sugestivo como la mejor literatura de ficción, incluida la de Manuel Vicent.-

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