Muere en Carabanchel un recluso heroinómano

Alberto Martín Ocaña, de 25 años, recluso de la cárcel de Carabanchel, falleció el pasado sábado a causa de una sobredosis de heroína o de una adulteración de la droga que se inyectó. El recluso, que ocupaba una celda de la quinta galería, fue asistido sobre la una de la tarde, tras el aviso dado a los funcionarios por los compañeros de celda de la víctima.

El muchacho había perdido el conocimiento, por lo que el médico ordenó su inmediato traslado al hospital penitenciario, donde murió a las siete de la tarde.Según informó Eusebio Hernández, director de la prisión, el recluso padecía u...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Alberto Martín Ocaña, de 25 años, recluso de la cárcel de Carabanchel, falleció el pasado sábado a causa de una sobredosis de heroína o de una adulteración de la droga que se inyectó. El recluso, que ocupaba una celda de la quinta galería, fue asistido sobre la una de la tarde, tras el aviso dado a los funcionarios por los compañeros de celda de la víctima.

El muchacho había perdido el conocimiento, por lo que el médico ordenó su inmediato traslado al hospital penitenciario, donde murió a las siete de la tarde.Según informó Eusebio Hernández, director de la prisión, el recluso padecía una afección hepática, de la que estaba siendo tratado médicamente. Aunque el forense todavía no ha informado, los responsables de la prisión creen que puede tratarse de adulteración de droga más que de una sobredosis. En la celda no fue encontrado ningún resto de droga ni jeringuillas. En el brazo del recluso fallecido podía apreciarse que recientemente se había pinchado en dos ocasiones.

También, en la tarde del pasado sábado, un joven de 25 años fue encontrado muerto por las mismas causas, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía. El cadáver fue encontrado en los lavabos de la empresa en la que trabajaba, en la calle de San Romualdo. Junto al cuerpo sin vida se hallaron tres jeringuillas -una de ellas, con señales de haber sido utilizada para inyectarse-, una papelina, una cucharilla y un trozo de limón, empleado para disolver en su zumo el polvo del caballo. Con estas muertes se eleva a 19 el número de personas cuyo fallecimiento ha sido atribuido oficialmente en Madrid a la heroína durante el presente año.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En