Cartas al director

Umbral y el posmodernismo

En EL PAÍS del 20 de mayo, y en una gacetilla de cotilleo en la última página, escrita por Francisco Umbral, me ha llamado bastante la atención un comentario despectivo sobre los gustos pictóricos, en las últimas subastas de San Isidro 84, de la derecha / dinero. (Habría que indicarle también a Umbral que esta forma de escribir con barras, que seguramente le es cómoda y fácil, al lector con un mínimo de sensibilidad le resulta molesta y hasta insoportable.)Pues bien, en un alarde por colocarse en la primera fila del posmodernismo, recrimina a esa derecha el que apueste por Mateos, el cual -dic...

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En EL PAÍS del 20 de mayo, y en una gacetilla de cotilleo en la última página, escrita por Francisco Umbral, me ha llamado bastante la atención un comentario despectivo sobre los gustos pictóricos, en las últimas subastas de San Isidro 84, de la derecha / dinero. (Habría que indicarle también a Umbral que esta forma de escribir con barras, que seguramente le es cómoda y fácil, al lector con un mínimo de sensibilidad le resulta molesta y hasta insoportable.)Pues bien, en un alarde por colocarse en la primera fila del posmodernismo, recrimina a esa derecha el que apueste por Mateos, el cual -dice- era vanguardia antes que él naciera (?).

No se preocupe, señor Umbral, por la pintura posmodernista, por el actual arte de vanguardia, que si la derecha madrileña sigue tan pueblerina como siempre, no así ocurre con la neoyorquina, o la romana, o la parisiense, o incluso la de Barcelona, que sí saben apreciarlo y comprarlo.

Pero, por favor, don Francisco, que Mateos es una de las cabezas más visibles del expresionismo español. Y la calidad artística de una obra no se mide por su situación más o menos actual en el tiempo, como es obvio e ipso facto sabe todo el mundo.

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Pujar por Iturrino, Palencia, Arias o el mismo Mateos no es "estar al loro colonial del siglo pasado"; pero criticarlo nos hace sospechar que se encuentra uno más cerca del neocochambrismo que del posmodernismo. Y además, sepa usted que a la izquierda también le gusta Mateos, y que la izquierda solvente lo compra, como compraría un Velázquez si es que esto fuera posible. /

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