La Unión Soviética vuelve a los mercados financieros occidentales

La Unión Soviética ha.firmado su primer gran crédito con la banca occidental desde el año 1981, lo que supone la vuelta de la URSS a los mercados de capitales internacionales. El préstamo de 250 millones de dólares, unos 38.000 millones de pesetas, concedido al Soviet Foreign Trade Bank supone un importante giro en la estrategia de la banca occidental con Moscú, después de que las instituciones occidentales decidiera hace tiempo retirarse de cualquier operación con el bloque del Este a consecuencia de la crisis de pagos que afectó a Polonia, Rumanía y Yugoslavia a principios de la década.El cr...

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La Unión Soviética ha.firmado su primer gran crédito con la banca occidental desde el año 1981, lo que supone la vuelta de la URSS a los mercados de capitales internacionales. El préstamo de 250 millones de dólares, unos 38.000 millones de pesetas, concedido al Soviet Foreign Trade Bank supone un importante giro en la estrategia de la banca occidental con Moscú, después de que las instituciones occidentales decidiera hace tiempo retirarse de cualquier operación con el bloque del Este a consecuencia de la crisis de pagos que afectó a Polonia, Rumanía y Yugoslavia a principios de la década.El crédito, firmado el pasado miércoles'en la filial luxemburguesa del Dresdner Bank, ha sido concedido por un sindicato integrado por 31 bancos internacionales y constituye la operación financiera más importante realizada con la URSS desde la intervención soviética de Afganistán en 1979, por encima de los préstamos concedidos en 1981 para el gasoducto siberiano. Ningún banco de los EE UU figura en el mencionado sindicato. El Dresdner ha jugado un papel de primera importancia en la renegociación de la deuda polaca, pasando por mantener estrechas relaciones con la URSS.

La operación es a cinco años, con un margen de 5/8 sobre el libor, tipo ínterbancario del dólar en Londres, habiendo sido proyectada en principio para 150 millones de dólares. Las sabrosas comisiones añadidas al citado margen, inicialmente ventajoso para el banco soviético, además del corto plazo de cinco años, frente a los siete inicialmente previstos, han originado una muy favorable respuesta bancaria. Fuentes del euromercado señalan que Moscú sigue siendo un prestatario de la máxima solvencia, a pesar de las implicaciones políticas, que han inducido a la banca norteamericana a mantenerse al margen de la operación.

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