CIENCIA

España dispondrá de tecnología meteorológica para predecir futuras inundaciones catastróficas

Los fenómenos meteorológicos que condujeron a las devastadoras precipitaciones de agosto de 1983 sobre el País Vasco y las inundaciones de Valencia de octubre de 1982 no pudieron ser detectados entonces por el Instituto Nacional de Meteorología (INM) por carecer este organismo de los equipos apropiados, declaró ayer su director, Carlos María Contreras. El plan de renovación tecnológica ahora iniciado por el INM, con una duración de cinco años, permitirá una mejora muy importante en los sistemas de predicción del tiempo a corto plazo (de cero a 12 horas), el aspecto más débil de la predicción ...

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Los fenómenos meteorológicos que condujeron a las devastadoras precipitaciones de agosto de 1983 sobre el País Vasco y las inundaciones de Valencia de octubre de 1982 no pudieron ser detectados entonces por el Instituto Nacional de Meteorología (INM) por carecer este organismo de los equipos apropiados, declaró ayer su director, Carlos María Contreras. El plan de renovación tecnológica ahora iniciado por el INM, con una duración de cinco años, permitirá una mejora muy importante en los sistemas de predicción del tiempo a corto plazo (de cero a 12 horas), el aspecto más débil de la predicción meteorológica en España, y advertir futuras inundaciones catastróficas.

Como el INM no dispone de recepción directa de las imágenes del satélite Meteosat en alta resolución para estudiar los fenómenos que dieron lugar a las catastróficas inundaciones del País Vasco y de Valencia, ha tenido que adquirir las correspondientes cintas de vídeo a la Agencia Espacial Europea, propietaria del satélite. El estudio de estas imágenes, en los canales visible e infrarrojo, ha permitido a los meteorólogos entender lo que pasó.En el caso de las lluvias sobre el País Vasco, el 26 de agosto de 1983, se trata de un fenómeno muy poco corriente, tanto por el lugar donde se produjo como por la fecha y la rapidez de evolución. Su pequeño tamaño, explican los meteorológos, impidió que fuera detectado a tiempo, ya que se coló por la rejilla utilizada para barrer la superficie terrestre. El análisis posterior indica que nubes tormentosas muy potentes procedentes del centro de Francia se desplazaron hacia el País Vasco y confluyeron allí con las escasas existentes del mismo tipo, lo que produjo un gran enfriamiento y las intensas precipitaciones que originaron medio centenar de víctimas y pérdidas por valor de 200.000 millones de pesetas.

En el caso de Valencia y Alicante, donde se produjeron 40 muertos y pérdidas evaluadas en 70.000 millones de pesetas, el fenómeno es más conocido. Una gota fría en altura, centrada sobre el área de Gibraltar, dio origen a grandes masas de nubes tormentosas que circulaban en forma de remolino y produjeron las precipitaciones de la madrugada del 20 de octubre de 1982 en zonas costeras, y posteriormente se estacionaron sobre la cuenca media y baja del Júcar.

Seis horas de antelación

En casos como éstos, señaló Contreras, saber dónde se van a producir las precipitaciones más intensas sólo es posible si se dispone de una vigilancia constante con radares meteorológicos e imágenes en alta resolución procedentes de satélites, dos de los aspectos básicos del sistema integral de vigilancia meteorológica que está desarrollando el INM. En el País Vasco, se hubiera podido señalar el peligro existente con al menos seis horas de antelación, y en el caso de Valencia se hubiera podido alertar a las cuencas hidrográficas para evitar consecuencias como el desbordamiento de la presa de Tous. En todo caso, los meteorólogos consideran críticas las fechas del 18 al 20 de octubre en él Levante español, y señalan la necesidad de una situación de alerta permanente durante esta época.El plan de renovación tecnológica del INM comprende el tratamiento de imágenes de alta resolución procedentes de satélites meleorológicos, una nueva red de radar y otra de estaciones automáticas. Está en proyecto una estación de recepción directa de las imágenes de estos satélites, que permitirá su proceso en el INM y evitar, en el caso del Meteosat, el retraso que supone el envío desde Alemania, donde actualmente se reciben.

Un potente ordenador

Como soporte de este sistema, se va a instalar una amplia red de comunicaciones sobre el eje del ordenador más potente que ha adquirido hasta la fecha la Administración española, que reemplazará al anticuado equipo informático de que dispone el INM. Se trata de un Fujitsu M-382, que contará con 25 terminales locales y que permitirá la preparación de predicciones numéricas a corto plazo, la recepción de las predicciones preparadas por el Centro Europeo de Predicción a Plazo Medio, situado en Gran Bretaña, y el establecimiento de una base de datos climatológicos.El INM pretende también descentralizar su traba para, en palabras de Contreras, "acercar la meteorología a sus usuarios". En el plan de renovación tecnológica se van a invertir 5.150 millones de pesetas en cuatro años. A principios de 1985 se pretende tener ya en funcionamiento el sistema de comunicaciones. También se dotará a los aeropuertos de una infraestructura meteorológica más adecuada.

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