Cartas al director

Los Violadores

El pasado domingo 8 de abril leí un artículo en su periódico sobre el llamado violador del Ensanche, que me dejó bastante indignada. Porque una cosa es informar de lo que pasa en la calle y otra hacer apología del suceso; y es que de esas líneas se desprende que el violador sufrió una vida difícil, con unos padres que no le atendían demasiado, con una pobreza casi indignante e incluso con ataques de epilepsia. Qué duda cabe que detrás de cada torturador hay una historia, pero hay que estar siempre del lado de los torturados, y esperar unas leyes justas que nos amparen a todos.Muchas muj...

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El pasado domingo 8 de abril leí un artículo en su periódico sobre el llamado violador del Ensanche, que me dejó bastante indignada. Porque una cosa es informar de lo que pasa en la calle y otra hacer apología del suceso; y es que de esas líneas se desprende que el violador sufrió una vida difícil, con unos padres que no le atendían demasiado, con una pobreza casi indignante e incluso con ataques de epilepsia. Qué duda cabe que detrás de cada torturador hay una historia, pero hay que estar siempre del lado de los torturados, y esperar unas leyes justas que nos amparen a todos.Muchas mujeres que han vivido en las mismas o peores condiciones que ese hombre no se han lanzado a la calle a violar y escarnecer la dignidad de las personas. ¿Por qué no contar la historia de esas mujeres? ¿No será que muchos hombres conservan todavía un atavismo, una llamada de la selva, que les hace crecer cuando crece su pene? Si es así, ni la pobreza ni la indigencia tienen nada que ver, sino algo mucho más vergonzoso y brutal que hay que erradicar. /

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