En los mercados de valores de EEUU persiste la apatía y el desinterés de los inversores

El mercado de valores estadounidense se comportó durante las tres primeras sesiones de la semana de forma muy similar a lo que habían sido sus módulos de actuación durante las semanas anteriores, en las que la apatía y el desinterés de los inversores se habían constituido en la nota común de las bolsas.La subida de los tipos de interés y las declaraciones pesimistas de significados personajes del mundo económico norteamericano, como Martin Feldstein y Henry Kaufman, continuaban presionando el mercado a la baja. Feldstein, presidente del Consejo de Asesores Económicos de Reagan, mantenía la nec...

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El mercado de valores estadounidense se comportó durante las tres primeras sesiones de la semana de forma muy similar a lo que habían sido sus módulos de actuación durante las semanas anteriores, en las que la apatía y el desinterés de los inversores se habían constituido en la nota común de las bolsas.La subida de los tipos de interés y las declaraciones pesimistas de significados personajes del mundo económico norteamericano, como Martin Feldstein y Henry Kaufman, continuaban presionando el mercado a la baja. Feldstein, presidente del Consejo de Asesores Económicos de Reagan, mantenía la necesidad de recortar los déficit de forma más drástica e inmediata de lo que se estaba planificando y afirmaba que se corría el riesgo de encontrarse a finales de este año con tipos de interés sensiblemente más altos. Henry Kaufman, conocido gurú financiero, declaraba que el coste del dinero se situaría en el 13,5% para finales de año. Los enfrentamientos entre la Cámara de Representantes y la Administración en torno al difícil tema del desajuste presupuestario daban la razón a los sectores más pesimistas, según pone de manifiesto el informe semanal de Shearson American Express.

Sin embargo, el jueves, a raíz de la publicación de una serie de datos económicos claramente positivos, cambiaba la orientación del mercado y el índice Dow Jones subía más de 26 puntos, acompañado por un notable incremento del volumen de contratación. Las buenas noticias que causaron la reacción alcista de los mercados bursátiles tendían a demostrar que la economía está entrando en un proceso de crecimiento más equilibrado. En este sentido el Departamento de Comercio estadounidense publicó que el índice de ventas al detall había descendido un 2,2% durante el mes de marzo, cifra que sorprendió a muchos especialistas y que parece demostrar una menor actividad del sector consumo. Por otra parte, el crecimiento de los agregados monetarios ha sufrido una desaceleración, calificada de saludable en diversos sectores, con la baja de 5.000 millones de dólares en la magnitud ML, cuando los especialistas vaticinaban un descenso de tan sólo 2.500 millones. Esto sitúa el crecimiento monetario dentro de los límites fijados por la Reserva Federal, lo cual permite prever, una vez asimiladas las subidas de los tipos de interés a corto de la semana pasada, que dicho organismo no actuará, por el momento, de forma restrictiva en los mercados monetarios.

También fueron bien acogidos por el mercado los buenos resultados de la multinacional IBM, que publicaba el jueves pasado beneficios superiores a los que Wall Street había previsto. El presidente Reagan añadió su granito de arena al flujo de declaraciones optimistas, asegurando que los tipos de interés bajaron a finales de año. Si el mercado de valores ha reaccionado positivamente a esta avalancha de datos y declaraciones favorables es porque está claramente sobrevendido. El índice Dow Jones se sitúa en estos momentos en un 12,2% por debajo de sus niveles máximos. Las dos últimas correcciones en los anteriores ciclos alcistas han sido del 11,1% y 16,2%. La duración media de los mencionados reajustes fue de 5,1 meses, y actualmente han transcurrido 4,5 meses con tendencia bajista, lo cual, desde un punto de vista puramente histórico, hace presagiar una duración limitada de la actual tendencia.

No obstante, distintos especialistas continúan insistiendo en que por ahora no se ha dado solución al importante problema del desajuste presupuestario, y las mociones recientemente aprobadas por la Cámara Baja consiguen solamente frenar el crecimiento de dicho déficit, que en el mejor de los casos se mantendría en 173.000 millones de media anual durante la próxima década.

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