Tribuna:

Condones

Resulta que los del Grupo Popular no quieren que TVE emita anuncios de preservativos. No parece importarles, sin embargo, que haya spots atiborrados de señoras cuyo único fin y deleite en, la vida consiste en lavar más limpio, aniquilar grasas rebeldes y desinfectar retretes, para después, a la hora nocturna del regreso del hombre, someterse a un concienzudo tratamiento de desodorantes, perfumes y cosméticos, que falta les debe hacer a las pobres tras un trajín semejante durante todo el día. Sin mencionar el fatigoso combate contra la fétida halitosis.Bueno, pues toda esta desmesura no ...

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Resulta que los del Grupo Popular no quieren que TVE emita anuncios de preservativos. No parece importarles, sin embargo, que haya spots atiborrados de señoras cuyo único fin y deleite en, la vida consiste en lavar más limpio, aniquilar grasas rebeldes y desinfectar retretes, para después, a la hora nocturna del regreso del hombre, someterse a un concienzudo tratamiento de desodorantes, perfumes y cosméticos, que falta les debe hacer a las pobres tras un trajín semejante durante todo el día. Sin mencionar el fatigoso combate contra la fétida halitosis.Bueno, pues toda esta desmesura no preocupa a los consejeros de RTVE del Grupo Popular. A ellos lo que les parece "crispante" es que una marca de preservativos se anuncie en las pantallas. Y eso que el proyecto de spot es de una delicadeza prodigiosa: se ve a una pareja con tres hijos, después a una con dos, después a otra con un bebé. Todos tan sonrientes y felices. Y por último, aparece una cuarta pareja que carece de vástago, y una voz dice: Patricia y Dan¡ se lo están pensando. O sea, un anuncio profamilia, deceritísimo. Pero los del Grupo Popular no están de acuerdo.

Si los socialistas ganan esta ridícula batalla y,el spot al fin se emite, se ha acordado que sólo aparecerá a partir de las nueve de la noche. Para que no lo puedan ver los niños, esos niños hipotéticos que imagina el Grupo Popular, niños imposibles susceptibles de escandalizarse ante el anuncio, Es decir, tiernos infantes crecidos en herméticos fanales de cristal, o bien perversos muchachitos capaces de intuir en la película tina improbable orgía de gomas desechables. Hay que ser muy morboso para ver un trasfondo de pecado en este spot sobre condones, ingenios de caucho que, dicho sea de paso, deben conocer íntimamente muchos integrantes del Grupo Popular. Quizá sea por eso, por el fantasma de algún morbo añejo, por lo que los consejeros conservadores consideran que es más digno que los niños lleguen a la pubertad creyendo en la prolífica cigüeña, embarazándose inadvertidamente al primer tiento y abortando -eso sí, ilegalmente- sin que nadie les haya hablado de su cuerpo.

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