Una primera pista para llegar al fondo de la 'guerra sucia'

Con la detención de cuatro españoles en Irún, presuntamente implicados en el atentado contra el ferroviario francés Jean Pierre Leiba, la policía ha abierto una investigación oficial sobre la llamada guerra sucia contra ETA Militar. Sin embargo, en medios oficiales no se ha querido identificar, de momento, a los detenidos con los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), siglas utilizadas en los últimos meses en la reivindicación de los asesinatos contra cinco miembros de ETA Militar en suelo francés.La conexión de estos cuatro sospechosos con las actividades de los GAL no parecía muy clara ...

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Con la detención de cuatro españoles en Irún, presuntamente implicados en el atentado contra el ferroviario francés Jean Pierre Leiba, la policía ha abierto una investigación oficial sobre la llamada guerra sucia contra ETA Militar. Sin embargo, en medios oficiales no se ha querido identificar, de momento, a los detenidos con los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), siglas utilizadas en los últimos meses en la reivindicación de los asesinatos contra cinco miembros de ETA Militar en suelo francés.La conexión de estos cuatro sospechosos con las actividades de los GAL no parecía muy clara 12 horas después de haberse producido las detenciones, en opinión de la policía. El ministro del Interior, José Barrionuevo, conversó ayer telefónicamente con el embajador francés en Madrid, Pierre Guidoni, a quien mantiene informado de las diligencias.

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Un portavoz de la Embajada francesa indicó que Guidoni había mostrado su satisfacción por la rápida actuación de la policía española, que detuvo a los presuntos asesinos de Leiba a los pocos minutos de producirse el atentado.

Los GAL surgieron por primera vez en diciembre con el secuestro de Segundo Marey, ciudadano español afincado en el País Vasco francés, quien permaneció durante 10 días en poder de esa organización. Cuando fue liberado, apareció en su bolsillo una nota, escrita en francés, de los GAL, en la que se amenzaba a ETA Militar con futuras acciones contra sus militantes.

El primer asesinato se produjo en Bayona el 19 de diciembre en la persona de Ramón Oñaederra, miembro de ETAm. Diez días después era acribillado a tiros el también terrorista de esa organización Mikel Goikoetxea Elorriaga, Txapela, cuando se dirigía a su domicilio en San Juan de Luz.

Un mes después, a raíz del atentado contra el teniente general Guillermo Quintana, eran asesinados Ángel Gurmindo y Vicente Perurena, ambos militantes de ETAm. La última acción del Gal había sido perpetrada el pasado sábado, 26 de febrero, en la localidad francesa de Indaux-Mendi, donde murió asesinado Eugenio Gutiérrez Salazar.

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Ni el Ministerio del Interior ni el propio Gobierno Civil de Guipúzcoa, que difundió ayer una escueta nota sin precisar ningún tipo de detalles, manifestaron en momento alguno que los detenidos pudieran estar vinculados a los GAL. El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, dijo, en los pasillos del Congreso, que tiene la impresión de que se trata de personas que "hacían méritos" para ingresar en los GAL, pero que no pertenecían a ellos.

Estas insinuaciones coincidían con algunas versiones facilitadas por algunos sectores oficiales de la Policía, que aventuraban la posibilidad de que el atentado contra Leiba pudiera tratarse de un "ajuste de cuentas entre contrabandistas". Apoyaban esta hipótesis en la diferencia con que se habían perpetrado el asesinato de Leiba -sin exactitud y cuerpo a cuerpo-, y los otros cinco realizados anteriormente contra miembros de ETA Militar, "ejecutados por auténticos profesionales del crimen".

Según las fuentes consultadas, uno de los detenidos ha manifestado, al parecer, que, con anterioridad al atentado, tuvo una cita nocturna con una persona, de identidad desconocida, que le fijó el objetivo, todo ello a cambio de una importante suma de dinero. Este extremo tampoco fue confirmado oficialmente por las autorides españolas.

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