Dos muertos en Kosovo tras un tiroteo con la policía yugoslava

Dos presuntos miembros de un grupo armado de la minoría albanesa se sucidaron en un sótano de Pristina, capital de Kosovo, tras haber mantenido un tiroteo con la policía yugoslava. El hecho ocurrió el martes pasado, pero hasta ayer no fue anunciado.Junto a sus cuerpos fue encontrada abundante munición y dos bombas de mano, según fuentes oficiales yugoslavas. Reyep Malie, de 33 años de edad, preso político que se fugó en 1982, y Nuri Berisu, de 23 años de edad, eran miembros de "una organización hostil que ya en el pasado había llevado a cabo una serie de acciones delictivas, introduciendo en Y...

Dos presuntos miembros de un grupo armado de la minoría albanesa se sucidaron en un sótano de Pristina, capital de Kosovo, tras haber mantenido un tiroteo con la policía yugoslava. El hecho ocurrió el martes pasado, pero hasta ayer no fue anunciado.Junto a sus cuerpos fue encontrada abundante munición y dos bombas de mano, según fuentes oficiales yugoslavas. Reyep Malie, de 33 años de edad, preso político que se fugó en 1982, y Nuri Berisu, de 23 años de edad, eran miembros de "una organización hostil que ya en el pasado había llevado a cabo una serie de acciones delictivas, introduciendo en Yugoslavia propaganda, explosivos y armas", según las mismas fuentes.

Recientemente se ha iniciado un juicio contra un grupo albanés acusado de planear asesinatos de dirigentes yugoslavos. Si a ello se añaden los seis artefactos explosivos que han estallado en Pristina desde 1981, los 10 muertos de aquel año, el incendio devastador de la central de télex y teléfonos de Kosovo en 1983 , los frecuentes sabotajes y actos hostiles contra la policía y el ejército federal, puede hablarse ya de esta región como de una de las de nacionalismo más virulento de Europa. Son frecuentes las pintadas que piden la República de Kosovo, que cuenta con una minoría albanesa cifrada en 1.800.000 personas, sobre una población total de 22 millones de habitantes con los que cuenta Yugoslavia.

Pero la creación de tal República sería para los yugoslavos admitir en igualdad de condiciones, y con derecho a la secesión, a un pueblo no eslavo, como el albanés. Hasta la fecha, los albaneses de Kosovo vienen gozando de amplia autonomía, con universidad, bandera y presupuestos propios, pero siempre en el marco del Estado serbio, federado con el resto de Yugoslavia.