Reportaje:Bricolage

Arreglo de humedades

Quien no arregla una gotera, arregla la casa entera

El invierno es el reino de la humedad: tejados, ventanas y paredes se convierten en fuente inagotable de manchas y desprendimientos, cuando no de daños en los muebles. Las instalaciones de agua defectuosas se suman a ello. Veamos cuál es la solución en cada caso.Hay que decir en primer lugar que, si no se elimina la humedad en su origen, es difícil solucionar los desperfectos que puede causar. Si se debe a un defecto o avería de la instalación de fontanería, repárelo y deje que la humedad se seque para tratarla. Si, por el contrario, es debida a filtraciones por paredes o techos, la solución e...

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El invierno es el reino de la humedad: tejados, ventanas y paredes se convierten en fuente inagotable de manchas y desprendimientos, cuando no de daños en los muebles. Las instalaciones de agua defectuosas se suman a ello. Veamos cuál es la solución en cada caso.Hay que decir en primer lugar que, si no se elimina la humedad en su origen, es difícil solucionar los desperfectos que puede causar. Si se debe a un defecto o avería de la instalación de fontanería, repárelo y deje que la humedad se seque para tratarla. Si, por el contrario, es debida a filtraciones por paredes o techos, la solución es más difícil y puede ser necesario remediarla en mojado o esperar al buen tiempo para efectuar las obras necesarias para impedir la entrada del agua.

1. Humedades ya secas. Solucionada su fuente, pueden quedar tres tipos de huellas: a) Manchas amarillas o negras. Las amarillas se deben sólo a la humedad en sí. Aplique dos manos de selladora después de lijar suavemente la superficie. La selladora es una pintura que impide que la mancha vuelva a salir. Rebase ampliamente la mancha. Deje secar y pinte encima. Las manchas negras se deben a hongos o líquenes. Use una pintura antimoho, que incluye una sustancia nociva para ellos e impide que vuelvan a crecer.

b) Manchas con desprendimiento de la capa de pintura. Rasque con una espátula la pintura dañada. Luego lije con papel de lija basto. Humedezca con una esponja y rellene con un plaste o pasta tapagrietas lo que se ha desprendido. Deje secar bien y aplique dos manos de selladora antes de pintar para que no salga ninguna mancha amarilla. c) Humedades que han alterado la pared. Cuando el revoque de yeso está descompuesto y se deshace, píquela con la espátula o con un cortafríos hasta encontrar nuevamente yeso sano. Humedezca la pared y rellene con yeso blanco, alisando con la espátula. Si echa un poco de aguaplast a la mezcla, evitará que seque demasiado rápido. Una vez seco el parche, líjelo, dé dos manos de selladora y pinte.

2. Humedades frescas. Cuando no es posible eliminar la fuente de agua, hay pinturas especiales conocidas como antihumedad o similares que permiten pintar sobre húmedo. No se alteran porque dejan respirar a la pared sin formar una barrera. Sólo requieren una condición importante: que la pared esté sana. Si está atacada o se deshace, la pintura se desprenderá con el tiempo. Si es su caso, lije, rasque o pique, renovando el revoque para pintarlo después con dicha pintura.

3. Filtraciones de lluvia. Cuando se cuelan por la ventana, orlándola de manchas amarillas, es porque hay grietas en el marco y la pared. Hay que aplicar entonces una junta de masilla vinílica o silicona todo alrededor -por fuera- e, incluso, una pintura plástica para exteriores en las paredes que rodean la ventana que impida que la pared chupe agua. Una vez hecho esto, dejar secar la humedad y tratarla como decíamos más arriba.

Si es el tejado lo que deja pasar el agua, la solución es más compleja, sobre todo si es de tejas, donde difícilmente se localizan las goteras. Sepa, sin embargo, que hay productos (antigoteras, impermeabilizantes) que, aplicados por el exterior, hacen una capa gruesa de material impermeable, elástico (no se agrieta) y duradero. Hay que aplicarlo cuando el tejado está seco y limpio, a brocha o a rodillo. Deja el tejado como envuelto en una capa de plástico impenetrable al agua.

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