Tribuna:

Tardía conmmoción vendedora

Es evidente que la situación de los mercados de valores ha sufrido un cambio considerable desde el fin de semana anterior a este último. La sesión que cerraba este ciclo ha significado nuevas pérdidas para las bolsas pero los términos son radicalmente diferentes. Cabría preguntarse qué valor tiene el porqué, si, al final, los resultados son los mismos. Cualquiera de los operadores de bolsas respondería a esta pregunta destacando el hecho de que ahora los vendedores sabían por qué vendían sus títulos. Ningún temor estaba en el fondo de las decisiones, a no ser el provocado por las dudas sobre ...

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Es evidente que la situación de los mercados de valores ha sufrido un cambio considerable desde el fin de semana anterior a este último. La sesión que cerraba este ciclo ha significado nuevas pérdidas para las bolsas pero los términos son radicalmente diferentes. Cabría preguntarse qué valor tiene el porqué, si, al final, los resultados son los mismos. Cualquiera de los operadores de bolsas respondería a esta pregunta destacando el hecho de que ahora los vendedores sabían por qué vendían sus títulos. Ningún temor estaba en el fondo de las decisiones, a no ser el provocado por las dudas sobre la firmeza del mercado.Durante toda la semana, las tandas sucesivas de órdenes vendedoras encontraron una Contrapartida que, con mayor o menor facilidad, iba absorbiendo el papel que salía a la venta. Los grupos más potentes del mercado estaban empeñados en encontrar una zona cómoda desde la que poder esperar acontecimientos sin ningún tipo de sobresaltos.

Mientras tanto, los valores industriales, aunque mejor sería referirse a ellos por sus nombres propios dado el corto número que llevó la voz cantante, siguieron centrando la atención de inversores e instituciones. El peso específico que tienen algunos valores en sus grupos respectivos fue realmente lo que permitió a los índices sectoriales contrarrestar las pérdidas de bancos y eléctricas en las, primeras sesiones, mostrando inmediatamente después el cansancio propio ¡del que no está acostumbrado a este tipo de esfuerzos.

Las realizaciones de beneficios que el viernes tomaron un carácter genérico rompieron este equilibrio precario, y el invento se vino al suelo con escaso ruido. La cómoda situación en que se encontraban los bancos y la firmeza mostrada por las acciones viejas de Telefónica, de la que, por cierto, ya ni se oye hablar de los resultados de la ampliación, tuvieron el efecto de una sordina, reflejando en los resultados semanales de los índices generales: Barcelona, más afortunada, ganó 1,11, mientras que Valencia, Madrid y Bilbao perdieron 1,55, 0,85 y 0,76, respectivamente.

La situación ahora en los mercados es de completa indecisión, con alguna inclinación a la baja. Nada mejor para ilustrar ese punto que el conjunto de valores que repitieron su cotización anterior en la última sesión para los cuatro mercados: 259. Algo menos de la mitad sufrieron algún recorte y tan sólo 67 lograban mejorar. Los más estoicos de los asistentes a las reuniones bursátiles ofrecían esta explicación, lógicamente de circunstancias: la bolsa no puede estar subiendo toda la vida. El caso es que las pérdidas se han iniciado y los mercados no parecen tener muchas energías para poder cambiar el rumbo.

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