La manifestación antimisiles

La noticia publicada en EL PAÍS del día 7 de octubre acerca de la manifestación celebrada en Madrid contra la instalación de los misiles norteamericanos en Europa es no sólo indignante y falsa, sino que constituye una provocación.Es una calumnia y una falta de ética profesional afirmar, como se hace desde las páginas de EL PAÍS, que los manifestantes actuaron con violencia. La única violencia vino de aquellos que pueden provocarla, de aquellos que llevan armas y licencia para matar.

En primer lugar, la Policía Municipal no sólo no alejó a los provocadores, sino que los protegió en todo ...

La noticia publicada en EL PAÍS del día 7 de octubre acerca de la manifestación celebrada en Madrid contra la instalación de los misiles norteamericanos en Europa es no sólo indignante y falsa, sino que constituye una provocación.Es una calumnia y una falta de ética profesional afirmar, como se hace desde las páginas de EL PAÍS, que los manifestantes actuaron con violencia. La única violencia vino de aquellos que pueden provocarla, de aquellos que llevan armas y licencia para matar.

En primer lugar, la Policía Municipal no sólo no alejó a los provocadores, sino que los protegió en todo momento, haciendo incluso ostensibles gestos con sus axmas de fuego hacia los manifestantes.

Esa fue la violencia, la de sus informadores, las nuevas promociones de la Policía Municipal, conocidos como apaleadores de feministas en el Ayuntamiento de Madrid, comandados por el señor Barrionuevo, por aquel entonces delegado de inseguridad ciudadana en este ayuntamiento. En cuanto a los destrozos que se decía aún no habían sido evaluados por la Apaleaduría de Vendedores Ambulantes de Madrid (vulgo, Policía Municipal), en cuanto a estos destrozos, decía, no fueron otros que los causados en alguna cabeza (entre ellas la mía) por las porras de la Policía Nacional.

Una nueva precisión, a título meramente informativo: la manifestación no fue convocada por la Comisión Anti-OTAN, sino por un conjunto de grupos, entre los que figuraba la citada comisión, pero también CNT, ateneos libertarios, feministas, ecologistas...

Espero que a, partir de ahora, se preocupen de conseguir las noticias de fuentes más amplias y no sólo de la policía. Se lo digo por el buen- nombre del periódico, que actuando de esta forma se menoscaba, y por el reconocimiento de su labor profesional.

Está convirtiendo EL PAÍS en lo que otrora fue Arriba, el órgano oficial y oficioso del Gobierno y, por ende, de su ministro del Interior. Dicho sea de paso, nos gusta nuestro barrio y no queremos barrio nuevo.

¿Cuánto queda para que este periódico cualquier día saque también un supuesto y falso diario de cada uno de nosotros que justifique nuestro asesinato?

No sería la primera vez que esto ocurriera en la historia del periodismo español /

Madrid.