Desaparece la euforia sobre la producción de energía nuclear en la 27ª conferencia de la AIAE

El ingreso de la República Popular China, la controversia sobre la efectividad y confidencialidad de la política de salvaguardias y la desaparición de la euforia habida en tiempos pasados respecto a la producción energética nuclear son los aspectos más destacados de la 27ª conferencia de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), que comenzó el lunes en Viena.La entrada de China en esta organización, dependiente de las Naciones Unidas, no ofrecía dificultades, ya que Taiwan había sido expulsado hace ya 10 años, y es de gran importancia, al estar realizando este país un ambicioso p...

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El ingreso de la República Popular China, la controversia sobre la efectividad y confidencialidad de la política de salvaguardias y la desaparición de la euforia habida en tiempos pasados respecto a la producción energética nuclear son los aspectos más destacados de la 27ª conferencia de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), que comenzó el lunes en Viena.La entrada de China en esta organización, dependiente de las Naciones Unidas, no ofrecía dificultades, ya que Taiwan había sido expulsado hace ya 10 años, y es de gran importancia, al estar realizando este país un ambicioso plan nuclear. Como ya sucedió en las pasadas conferencias de la IAEA, es tema principal de discusión la política de salvaguardias, como se denomina el control de la agencia, al que voluntariamente se someten los países para confirmar que en sus instalaciones nucleares civiles no se desarrollan proyectos nucleares con fines no pacíficos. Tanto la voluntariedad de los países a someterse a este control como las dificultades que los inspectores del organismo tienen en algunos países para realizarlo repercuten sobre la efectividad de este régimen de salvaguardias. Para aumentar el número de países dispuestos a someterse a este control es, sin embargo, vital que la confidencialidad de los datos obtenidos en la inspección esté plenamente garantizada. El temor de muchos países a que los datos facilitados puedan filtrarse y ser utilizados comercialmente por otros países, o incluso suponer un riesgo para sus intereses nacionales, es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta este sistema.

En este sentido, es significativo que uno de los puntos de la agenda de la conferencia es el estudio de las consecuencias para las actividades de la IAEA del bombardeo israelí que destruyó un reactor nuclear en Irak en junio de 1981. Este reactor estaba sometido a salvaguardias y, si bien nunca fue confirmada, circuló la información de que los datos utilizados por el comando aéreo israelí procedía del organismo de Viena.

Por otra parte, la conferencia se caracteriza por la sobriedad que ha adoptado la industria nuclear tras la euforia de los años setenta, en que se apostaba plenamente por el átomo como la energía del futuro. En muchos países se han retrasado entradas en funcionamiento de centrales y anulado otras previstas en los planes energéticos.

El director general de la IAEA, Hans Blix, señaló como causas para esta evolución la de presión económica internacional, la consecuente reducción de la demanda de electricidad y los altos tipos de interés, que repercuten sobre las grandes inversiones que requiere este tipo de construcciones.

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