La crisis del PSOE de Granada se cerró con el congreso extraordinario

La crisis del PSOE en Granada, abierta tras la expulsión de los llamados diputados provinciales rebeldes a principios del pasado mes de junio, quedó ayer oficialmente cerrada con la celebración de un congreso extraordinario. Asistieron delegados de 92 agrupaciones en representación del 87% de los militantes de la provincia, con un total del 83% de los votos posibles representados. El origen del conflicto fue la discusión política que se creó por la obtención del control de la Diputación de Granada.Según datos facilitados por los organizadores, la asistencia supone el porcentaje de parti...

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La crisis del PSOE en Granada, abierta tras la expulsión de los llamados diputados provinciales rebeldes a principios del pasado mes de junio, quedó ayer oficialmente cerrada con la celebración de un congreso extraordinario. Asistieron delegados de 92 agrupaciones en representación del 87% de los militantes de la provincia, con un total del 83% de los votos posibles representados. El origen del conflicto fue la discusión política que se creó por la obtención del control de la Diputación de Granada.Según datos facilitados por los organizadores, la asistencia supone el porcentaje de participación más alto registrado en los últimos congresos celebrados en Granada, a pesar del llamamiento para su boicoteo hecho por la COAS", (Coordinadora de Agrupaciones Socialistas), formada por agrupaciones que apoyan a los diputados expulsados. Esta asociación se autodisolvió la pasada semana después de que sus dirigentes descalificaran la organización del congreso por "antídemocrático".

Celebrado en la localidad de Maracena, el congreso estuvo encabezado por el presidente del PSOE, Ramón Rubial, la secretaria federal de Organización, Carmen García Bloise, y el secretario regional del partido, José Rodríguez de la Borbolla. Los asistentes eligieron una nueva comisión ejecutiva del PSOE granadino, que está encabezada por el diputado del Congreso Ángel Díaz Sol, como secretario general, y el alcalde d£ Baza, Diego Hurtado, como presidente. Los delegados aprobaron igualmente la única ponencia presentada a debate, que incluye puntos polémicos como la comarcalización, el desempleo y la cuestión agraria.

"Esta reunión ha supuesto el final de un proceso de discusión en el que se ha podido comprobar de manera inequívoca con quién está la organización del partido", declaró Francisco Valls, presidente de la comisión gestora saliente, cuyo trabajo durante la crisis ha sido fuertemente criticado por los disidentes.

"La fuerte participación que hemos tenido hoy en Maracena ha venido a cerrar definitivamente la crisis a nivel orgánico, aunque quedan abiertas las puertas para aquél que quiera reintegrarse a la disciplina del partido", añadió.

Por su parte, Ramón Rubial dijo que, "ante quienes pretendían que éste fuera el congreso de la ruptura del PSOE granadino, yo creo que había que calificarlo como el de la superación definitiva de la crisis". Para Carmen García Bloise, "en este congreso se ha demostrado que nadie puede jugar con el PSOE".

Por su parte, Ernesto Molina, vicepresidente de la Diputación provincial y uno de los militantes expedientados, declaró que desea pedir a los responsables del partido "que no sigan cortando cabezas, porque esto no es una batalla de pieles rojas".

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Los militantes disidentes arguyen, de otra parte, que la reunión se ha celebrado sin que participase la agrupación de Antequera, una de las más importantes, que fue disuelta. Asimismo, defendían la normalización del partido antes del congreso extraordinario, y no después. Para hoy, es previsible que el sector rebelde ofrezca sus propios datos sobre el índice de participación en el congreso.

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