Cartas al director

Carta abierta a don Julio Iglesias

El domingo último, EL PAIS publicó una entrevista que le hizo la periodista Maruja Torres. En una de las preguntas que ella le formulaba y al citarle nuestra organización, usted le replicaba en términos de dudoso gusto, enjuiciándonos indirectamente a través de la actitud de algunos de nuestros miembros.Yo particularmente tengo la ímpresión de que, inmerso en la vorágine de su vida profesional y habiéndose convertido en una importantísima figura del show-business internacional, no conoce en profundidad este movimiento que nació hace algo más de 20 años y que cuenta en su haber con el Pr...

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El domingo último, EL PAIS publicó una entrevista que le hizo la periodista Maruja Torres. En una de las preguntas que ella le formulaba y al citarle nuestra organización, usted le replicaba en términos de dudoso gusto, enjuiciándonos indirectamente a través de la actitud de algunos de nuestros miembros.Yo particularmente tengo la ímpresión de que, inmerso en la vorágine de su vida profesional y habiéndose convertido en una importantísima figura del show-business internacional, no conoce en profundidad este movimiento que nació hace algo más de 20 años y que cuenta en su haber con el Premío Nobel de la Paz del año 1977 y con el Premio de Derechos Humanos de la ONU del año 1978.

En efecto, en 1961, y como consecuencia de la voluntad de una serie de personas notablemente identificadas con la problemática de los derechos humanos, nace en Londres Amnesty International con el fin de defender y pedir la liberación de aquellos seres humanos que se encuentran encarcelados por haber expresado su ideología política o religiosa, por su etnia, raza, color o sexo, siempre y cuando no hayan cometido,actos violentos ni hayan hecho apología de la violencia.

Estas personas, que Amnesty denomina Presos de Conciencia, han sido y son el núcleo principal de nuestro movimiento, cuyo mandato asimismo abarca la petición de juicios justos y expeditos para presos políticos y la abolición de la pena de muerte y la tortura.

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Entre esos presos de conciencia, puedo citarle los nombres del político Ben Bella, del pianista Miguel Ángel Estrella y del sindicalista Pastor Anaya que han venido a nuestro país para agradecer la labor que se había hecho por ellos, si bien Amnesty, por motivos obvios, jamás se adjudica directamente su liberación.

Este movimiento internaciónal, que tiene prohibido recibir donativos o financiaciones por parte de gobiernos o partidos; políticos, para mantener su independencia, cuenta en la actualidad con alrededor de 5 00.000 miembros en todo el mundo, a través de más de 40 secciones nacionales que com prenden Europa, Asia, África y las Américas. Es además el único organismo internacional de estas características que cuenta con un de partamento de investigación propio, que estudia, compara y comprueba escrupulosamente todas las informaciones recibidas.

Amnesty siempre se dirige a los gobiernos de forma respetuosa y jamás adjetiva o califica ni a los regímenes ni a los jefes de Gobierno a los que solicita información, como tampoco rechaza o apoya la ideología de los presos.

Señor Iglesias, yo particularmente le invito a que visite nuestra joven y pujante Sección Española donde podrá conocer la labor callada, constante y entusiasta de nuestros casi 4.000 miembros aglutinados en más de 45 grupos en todo el territorio español.

Por último, yo le agradecería, señor Iglesias, que al hacer comentarios a través de los medios de comunicación -y usted es una figura carismática para los media-, calibrase el alcance de sus palabras, ya que a lo mejor sin quererlo, puede empañar notable mente la labor de organizaciones como la nuestra. /

, presidenta estatal de Amnesty International. Sección Española.

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