Ilegalizada la Asociación de Escritores Polacos

La Asociación de Escritores Polacos fue declarada ilegal esta madrugada por el alcalde de Varsovia, quien justificó su decisión señalando la actitud "hostil" hacia el Gobierno de los dirigentes de la citada asociación, anunció ayer la agencia oficial Pap.

La agencia reprocha a los dirigentes de la asociación, elegidos libremente en 1980, durante la época de preponderancia de Solidaridad, "no haber dado prueba de buena voluntad" en las negociaciones con las autoridades y de haber rechazado "todas las soluciones de compromiso" que le habían sido propuestas".

Por su parte, el Pa...

La Asociación de Escritores Polacos fue declarada ilegal esta madrugada por el alcalde de Varsovia, quien justificó su decisión señalando la actitud "hostil" hacia el Gobierno de los dirigentes de la citada asociación, anunció ayer la agencia oficial Pap.

La agencia reprocha a los dirigentes de la asociación, elegidos libremente en 1980, durante la época de preponderancia de Solidaridad, "no haber dado prueba de buena voluntad" en las negociaciones con las autoridades y de haber rechazado "todas las soluciones de compromiso" que le habían sido propuestas".

Por su parte, el Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) ha declarado la guerra abierta a la Iglesia católica, acusándola de prácticas inquisitoriales, de intolerancia agresiva y de terrorismo espiritual, y considerándola como el enemigo ideológico del régimen, así como una peligrosa causante de disturbios.

La revista del POUP, Zycie Partú (La vida del Partido), en su número del 17 de julio, publicaba un violento ataque contra la Iglesia. Según los observadores, aunque el artículo aparece en una sección de opinión, el hecho de que haya sido publicado en el, Zycie Partii demuestra que el Comité Central se identifica con lo escrito.

Acusando a la Iglesia de haber organizado "en 1981 manifestaciones religiosas en lugares públicos que pudieron haber degenerado en ceremonias inquisitoriales", el autor del artículo hace un llamamiento para que se unan en lucha abierta con el fin de restaurar la laicidad amenazada, y llega a abogar por las purgas de creyentes en el seno del Partido. "Debemos abandonar toda indulgencia ante la agresión y la intolerancia de nuestro adversario y obligarle a respetar a los no creyentes y a sus costumbres", señala el autor.

Se considera que estas acusaciones se inscriben en el marco de la campaña de desprestigio emprendida contra la Iglesia, días antes de la expiración del ultimátum lanzado por Solidaridad.