La CGT critica a Renault por su expansión en Estados Unidos

La central CGT, de orientación comunista, ha criticado duramente la expansión internacional de la firma Renault, quien, mientras era conocida el fin de la supremacía europea en favor de Ford, acaba de! anunciar la creación de un millar de puestos de trabajo en la fábrica estadounidense de Kenosha."Si la dirección de Renault quería comprometer el éxito de la experiencia socialista en Francia", asegura la CGT, "no podría hacerlo mejor". Esta severa crítica a la gestión de la empresa, nacionalizada desde la pasada posguerra, no es compartida por analistas de uno u otro signo, quienes consideran q...

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La central CGT, de orientación comunista, ha criticado duramente la expansión internacional de la firma Renault, quien, mientras era conocida el fin de la supremacía europea en favor de Ford, acaba de! anunciar la creación de un millar de puestos de trabajo en la fábrica estadounidense de Kenosha."Si la dirección de Renault quería comprometer el éxito de la experiencia socialista en Francia", asegura la CGT, "no podría hacerlo mejor". Esta severa crítica a la gestión de la empresa, nacionalizada desde la pasada posguerra, no es compartida por analistas de uno u otro signo, quienes consideran que los beneficios obtenidos por Renault en el mercado norteamericano han evitado su descalabro en Francia, como le ha ocurrido a Peugeot.

El primer constructor francés de automóviles, ahora en entredicho, tuvo una pérdida de 1.291 millones de francos en el pasado ejercicio, algo menos de 25.000 millones de pesetas. Pérdida ampliamente enjugada con los beneficios de 4.000 millones de francos que produjeron las ventas del R-9, conocido al otro lado del Atlántico con el nombre de Alliance.

El 60% del valor de ese coche (motor y caja de cambios, especialmente) es fabricado directamente en Francia. El año pasado se vendieron en Estados Unidos más de 100.000 ejemplares. En el mercado europeo, no obstante, Renault ha pasado a ocupar un segundo puesto, perdiendo algo más de dos puntos en los porcentajes totales de venta. En 1982, la empresa francesa vendía el 14,6% de los coches comprados en Europa.

Los temores de la CGT, que ha sido acusada de utilizar un lenguaje partidista de cara el debate sindical de este otoño, se podrían explicar al examinar las cifras avanzadas por el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INEE) francés, donde se prevé un descenso del 3% en las inversiones industriales de 1983, llegando a una baja del 7% en las del sector automovilístico.

Bernard Hanon, director general de Renault, salió al paso de las acusaciones cegetistas declarando que "es necesario arriesgarse porque no vamos a arreglar los problemas industriales de Francia dejando que japoneses y alemanes, al quedarnos encerrados en el hexágono francés, ocupen en solitario la escena internacional". En ese sentido, "asegurar el desarrollo internacional de Renault significa completar las inversiones de la empresa en Francia".

La operación norteamericana

El dinero gastado por la firma francesa en Estados Unidos, donde hace tres años compraron AMC, cuarta empresa norteamericana del automóvil, representa un importe de 400 millones de dólares, 350 de los cuales fueron pagados a la mitad del valor que tiene ahora la moneda verde. Renault es accionista mayoritario -casi al 50%- de AMC, lo que le permite tener una infraestructura industrial y comercial que explica las ventas del Alliance. Fuentes de la empresa indican asimismo que la operación norteamericana ha permitido el mantenimiento de 4.000 puestos de trabajo en Francia.Por otra parte, el retroceso de las inversiones industriales en Francia se explica por el exceso de cargas sociales que las empresas lamentan padecer. Además de ello, la conflictividad social, que no pudo ser evitada el año pasado por los sindicatos, y las pocas perspectivas de aumento -del consumo, al haber disminuido el poder adquisitivo de los franceses, tampoco favorecen los deseos inversores.

En ese contexto se explica que, desde la rue de Rivoli se esté considerando seriamente la posibilidad de exonerar a las empresas del impuesto sobre las grandes fortunas implantado por los socialistas hace dos años. Esa exoneración afectaría a la herramienta de trabajo, lo cual podría estimular las inversiones en las PYME.

La disminución de los ingresos de Hacienda, se dice, quedará compensada al acceder más fácilmente ese sector de la economía al mercado bursátil. Hasta ahora, el pequeño empresario prefería no cotizar en bolsa para evitar una revalorización del capital que provocara la obligación de cotizar como gran fortuna.

Las industrias agroalimentarias y las de bienes de equipo, por fin, serán las que más hayan invertido en este año, según las cifras del INEE. Entre las segundas, la electrónica y la construcción eléctrica son las mejor situadas. El resto parece haber dejado de invertir al tener márgenes de beneficio bastante estrechos, lo cual se une al poco .aliciente de unas previsiones de crecimiento económico nulo.

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