Caza

Se recorta la temporada para acuáticas

La orden general de vedas, próxima a salir, va a prohibir la caza de acuáticas en septiembre, y también probablemente en marzo, en la mayoría de las provincias en que tradicionalmente se autorizaba. Además, en numerosas zonas la temporada general de caza comenzará a finales de octubre y no a primeros como era costumbre.

En las últimos años la temporada de caza se está recortando considerablemente. El cada vez mayor número de cazadores -hay 1.200.000 licencias-, las condiciones meteorológicas adversas para la caza y, consiguientemente, la disminución del número de piezas han aconseja...

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La orden general de vedas, próxima a salir, va a prohibir la caza de acuáticas en septiembre, y también probablemente en marzo, en la mayoría de las provincias en que tradicionalmente se autorizaba. Además, en numerosas zonas la temporada general de caza comenzará a finales de octubre y no a primeros como era costumbre.

En las últimos años la temporada de caza se está recortando considerablemente. El cada vez mayor número de cazadores -hay 1.200.000 licencias-, las condiciones meteorológicas adversas para la caza y, consiguientemente, la disminución del número de piezas han aconsejado al Icona (Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza) acentuar su política conservadora para garantizar la supervivencia de las especies que componen la fauna española.Primero fue el oso, luego el urogallo y, por último, la avutarda las especies que quedaron protegidas, es decir, se prohibió su caza. Los últimos censos indican que en España quedan 100 osos, 1.500 urogallos y 10.000 avutardas. Las restantes especies de carácter cinegético no corren peligro de extinción, pero no por ello deja de limitarse su caza para evitar medidas drásticas.

Ahora son las diversas especies de acuáticas las que de alguna manera se quieren proteger prohibiendo su caza en septiembre en las provincias que tradicionalmente se cazaban. Éstas son Toledo, Guadalajara, Sevilla, Cádiz, Ciudad Real, Cuenca, Castellón, Huelva, Alicante y Valencia. Durante dicho mes las acuáticas se estacionaban en las zonas húmedas de estas provincias para posteriormente repartirse por todo el territorio nacional. El privilegio de poder cazar las acuáticas un mes antes suponía organizar grandes cacerías -con puestos a un millón de pesetas-, al tener todas las aves concentradas en zonas conocidas. Cuando comenzaba la temporada de caza general ya habían sido abatidas miles de piezas que tenían que repartirse por toda España.

Los convenios internacionales de caza hacen unas recomendaciones a los países que los suscriben para evitar que las especies migratorias sean objeto de una caza intensiva. El fin es poder garantizar que no se interrumpan los ciclos naturales de estas aves. Entre otras medidas está el que las escopetas repetidoras no puedan cargar más de tres cartuchos. Esta obligatoriedad será un hecho para los cazadores españoles en cuanto se renueven los convenios.

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