Cartas al director

Proceso, prisión y llegar tarde

Leo el artículo de la Tribuna libre de EL PAÍS del 3 de junio de 1983, con el título de Proceso, prisión, corazón y muerte, cuya autoría firma el abogado Joan Piqué Vidal.Primero, mi pesar por toda dolencia o empeoramiento que experimente cualquier preso o presunto que se halle en cualquier prisión o penal del mundo y sea cual fuere su causa de encarcelamiento.

Segundo, mí curiosidad por ese despertar que manifiesta el señor Piqué. No soy letrado. El señor Piqué nos habla de una preparación psicológica especial para los industriales procesados últimamente por fraudes empresariale...

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Leo el artículo de la Tribuna libre de EL PAÍS del 3 de junio de 1983, con el título de Proceso, prisión, corazón y muerte, cuya autoría firma el abogado Joan Piqué Vidal.Primero, mi pesar por toda dolencia o empeoramiento que experimente cualquier preso o presunto que se halle en cualquier prisión o penal del mundo y sea cual fuere su causa de encarcelamiento.

Segundo, mí curiosidad por ese despertar que manifiesta el señor Piqué. No soy letrado. El señor Piqué nos habla de una preparación psicológica especial para los industriales procesados últimamente por fraudes empresariales, quienes, con el reconocimiento de la ley, han seguido la misma suerte que otros delincuentes comunes.

Se ha luchado mucho, durante el franquisirio y en este posfranquismo, contra la tortura y el trato que los presos han recibido en las cárceles del país. La clase social que su voz defiende, señor Piqué, no ha estado muy atenta a las demandas sociales que se pedían y aún se piden.

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Se despierta ahora la voz para la defensa de unos profesionales o industriales, tan profesionales como otros que sin ser industriales ya se encontraban en la Modelo antes que ellos. Tan carentes de una preparación psicológica especial como cualquier parado o hijo de parado lanzado a la heroína o al atraco para evadir no sólo su problema psicológico, sino, en ocasiones, el hambre.

Señor Piqué, la democracia nos va enseñando que la ley es cada vez más igual para todos, y si antes hacíamos caso omiso de según qué problema, ahora se nos dificulta hablar de casos especiales.

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