Campeonato de Europa de selecciones de baloncesto

Cómoda victoria de los suplentes españoles

ENVIADO ESPECIALEspaña intentó fases de baloncesto de salón ante Grecia. Después de la tensión contenida en días anteriores, el encuentro ante los griegos fue un bálsamo necesario. Díaz Miguel aprovechó la ocasión para poner a punto los motores de su selección, de cara a intentar un éxito en semifinales. España ya tiene un puesto en la elite europea y lo confirmó en Limoges. Ahora, en Nantes, y, a partir del miércoles, puede también obtener la supremacia.

Los griegos no fueron obstáculo, porque pasara lo que pasara España empezaba el encuentro con la seguridad de que la clasificación pa...

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ENVIADO ESPECIALEspaña intentó fases de baloncesto de salón ante Grecia. Después de la tensión contenida en días anteriores, el encuentro ante los griegos fue un bálsamo necesario. Díaz Miguel aprovechó la ocasión para poner a punto los motores de su selección, de cara a intentar un éxito en semifinales. España ya tiene un puesto en la elite europea y lo confirmó en Limoges. Ahora, en Nantes, y, a partir del miércoles, puede también obtener la supremacia.

Los griegos no fueron obstáculo, porque pasara lo que pasara España empezaba el encuentro con la seguridad de que la clasificación para las semifinales del Eurobasket 83 era un hecho consumado. Así, probaturas aparte, la selección española practicó un entrenamiento serio, en el que pudieron intervenir algunos teóricos suplentes y descansar los hasta ahora titulares.

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Era el último ensayo que se podía practicar para preparar algunos planteamientos de lo que será el encuentro de semifinales ante la URSS, en el que una hazaña española significaría la medalla de plata en el bolsillo. Poca historia tuvo el Grecia-España de clausura.

Tras leves escarceos iniciales, España se colocó con 10 puntos de ventaja a los diez minutos (28-28). Díaz Miguel aprovechó el tiempo de igualdad, ese período en que los griegos luchaban todavía por la victoria, para ensayar algunas defensas. Epi y Sibilio, que parecen en forma para la fase final, constituyeron una locomotora que por sí sola llevaba al equipo español a distanciarse en el marcador. Así que conforme pasaron los minutos Díaz Miguel fue introduciendo hombres nuevos: Margall, De la Cruz y Solozábal, Arcega y Creus en la segunda.

Con 44-35 en el descanso, España intentó en la segunda mitad llegar a los 20 riuntos de ventaja. El equipo, con cinco hombres que han chupado mucho banquillo, mantuvo una tónica de juego relajada y de gran, alegría ofensiva. Solozábal, Margall, Arcega, De la Cruz y Jiménez rindieron a satisfacción sobre la cancha, lo que de seguro indica que España tiene uno de los banquillos más completos de este europeo.

Buena progresión, fundamentalmente, mostró Jiménez, jugador al que ayer mantuvo Díaz Miguel durante todo el partido y que resultó el máximo anotador español. Jiménez comenzó a hacerse notar ante Suecia, hasta el punto de que Díaz Miguel pudo dejar a Fernando Martín en el banquillo para que su lumbago no degenerase en una lesión importante. Ayer, ante Grecia, Jiménez estuvo rápido, atento y ofensivamente acertado.

El miércoles, España jugará ante la URSS. El Eurobasket, en lo que interesa al espectador español, sufre un receso momentáneo. La clasificación de Holanda para semifinales deja lugar a la esperanza de una medalla de bronce, porque es indudable que el baloncesto español es superior al de los Países Bajos. Sin embargo, Díaz Miguel sueña con un triunfo mayor.

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