PRENSA

Pocos diarios británicos escapan a la presión de los partidos durante la campaña electoral

Acusaciones de mal gusto, ataques personales, informaciones ambiguas y sin confirmar llenan estos días la Prensa británica: la campaña electoral ha entrado en su segunda semana (los comicios están previstos para el 9 de junio), y pocos rotativos escapan a la presión de uno u otro de los grandes partidos.

En unos casos las informaciones se limitan a reproducir los ataques lanzados por personalidades políticas, pero en otros, numerosos, son los propios periódicos los que utilizan sus páginas para lanzar informaciones y artículos con la evidente intención de perjudicar a uno de los par...

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Acusaciones de mal gusto, ataques personales, informaciones ambiguas y sin confirmar llenan estos días la Prensa británica: la campaña electoral ha entrado en su segunda semana (los comicios están previstos para el 9 de junio), y pocos rotativos escapan a la presión de uno u otro de los grandes partidos.

En unos casos las informaciones se limitan a reproducir los ataques lanzados por personalidades políticas, pero en otros, numerosos, son los propios periódicos los que utilizan sus páginas para lanzar informaciones y artículos con la evidente intención de perjudicar a uno de los partidos en liza. Directores y propietarios participan en la campaña, al lado, de su propio partido político.La Prensa británica disfruta internacionalmente de una extendida fama de "equilibrio" y de "fiabilidad", pero esa fama sólo se corresponde con una pequeña parte del panorama periodístico del Reino Unido. La realidad es muy contraría, a menos que se considere sólo "Prensa británica" a los grandes diarios político-económicos, tipo The Guardian, The Times o The Financial Times, que mantienen una línea política determinada, pero que conservan altos niveles de calidad. Lamentablemente, estos tres periódicos juntos no venden en el Reino Unido ni la cuarta parte que The Sun, el gigante de la llamada "Prensa popular".

En el Reino Unido, como en otras partes del mundo, los periódicos que defienden los intereses de los partidos conservadores son más numerosos que los que hacen suyos los intereses de los partidos progresistas. De los 10 periódicos diarios de carácter nacional con que cuenta el Reino Unido, sólo dos se puede decir que apoyan a los laboristas: The Guardian (420.000 ejemplares diarios en 1982) y Daily Mirror (3.355.000), el único diario de tirada popular que no se declara perdidamente thatcheriano. Frente a ellos, apoyan a los tories The Sun (4.077.000), Daily Mail (1.900.000), The Daily Telegraph (1.300.000), Financial Times (200.000) y The Times (300.000). Dos diarios, Daily Express (2.000.000) y Daily Star (1.400.000), se muestran independientes. En total, menos de cuatro millones de ejemplares para los laboristas, y casi ocho millones para los conservadores.

La principal preocupación de los partidos no la, constituyen los periódicos de calidad, que sea cual sea su tendencia siguen dignamente la campaña, sino la Prensa popular, que tiene infinitamente más lectores: 12,6 millones, contra 2,2 millones de la Prensa seria. Los golpes de la Prensa amarilla traen por la calle de la amargura a los laboristas, que pierden casi más tiempo en desmentir informaciones maliciosas que en explicar su propio programa. Michael Foot, por ejemplo, ha tenido que repetir en varios discursos que es falsa la información, publicada con enormes titulares en primera página del Daily Mail, según la cual si los laboristas ganan las elecciones, la firma japonesa Nissan no se instalará en el Reino Unido y se perderán casi 40.000 empleos. Nissan no ha decidido ni tan siquiera si va a instalarse en el Reino Unido o en cualquier otro país europeo, y posiblemente, aunque gane Margaret Thatcher, optará por otro mercado. El daño seguramente ya estaba hecho. El editor del Daily Mail es un ferviente admirador de la primera ministra e interviene habitualmente en su campaña electoral.

En el lado opuesto, el Daily Mirror se esfuerza día a día en perjudicar la imagen de Margaret Thatcher con la publicación de un serial sobre su vida privada.

La conexión entre política y periodismo no es algo nuevo en el Reino Unido. Cerca de 40 candidatos a los escaños de la Cámara de los Comunes son periodistas y es habitual encontrar exdiputados y ex ministros en los equipos de dirección de los principales periódicos.

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