Reventós comienza en París una difícil tarea como representante diplomático español

El nuevo embajador de España en Francia, Joan Reventós, llegó anteanoche a la capital francesa para hacerse cargo oficialmente de su puesto. De acuerdo con el protocolo diplomático de este país no podrá ejercer plenamente como representante del Gobierno español mientras no le haya presentado la cartas credenciales al presidente de la República, François Mitterrand. Este proceso normal podría prolongarse durante tres semanas aproximadamente. El amplio contencioso francoespañol presente, y la importancia que la geografía y la historia le han conferido siempre a las relaciones entre ambos paí...

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El nuevo embajador de España en Francia, Joan Reventós, llegó anteanoche a la capital francesa para hacerse cargo oficialmente de su puesto. De acuerdo con el protocolo diplomático de este país no podrá ejercer plenamente como representante del Gobierno español mientras no le haya presentado la cartas credenciales al presidente de la República, François Mitterrand. Este proceso normal podría prolongarse durante tres semanas aproximadamente. El amplio contencioso francoespañol presente, y la importancia que la geografía y la historia le han conferido siempre a las relaciones entre ambos países, resaltan la importancia de la tarea que acomete Reventós al suceder a Miguel Solano, nuevo embajador en Chile.

El diputado y dirigente socialista catalán, como embajador oficioso prácticamente, tomó contacto ayer con los representantes de los medios informativos españoles en la capaital francesa. De todas maneras, Reventós dejó entender que las relaciones hispanofrancesas, en la coyuntura presente, por lo que le concierne, exigen cautela y una cierta discreción.

Los dos temas envenenados son, como es sabido, el comunitario y el vasco. La adhesión española, el Gobierno socialista, hoy, la analiza en los mismos términos que ayer la razonaban los gobiernos conservadores. Más aún, desde que los socialistas accedieron al poder del Estado en España, París observa una evolución positiva porque el nuevo Gobierno de Madrid aborda de manera diferente el problema comunitario". Sobre este punto, como sobre otros muchos, el gobierno de París, antes de ser socialista, es francés.

Otro tanto pudiera decirse del contencioso vasco. Todos los franceses, de derechas o de izquierdas, como su Gobierno, lo ven como "un problema esencialmente españoI", tal como rezan las recientes declaraciones del primer ministro, Pierre Mauroy, a este periódico.

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