La pirotecnia valenciana convierte la plaza de España, por unas horas, en escenario fallero

Pasadas las 13 horas, la plaza de España se convirtió ayer en un brillante escenario que evocaba la explosión de alegría y pólvora de las Fallas valencianas. Vicente Blonchú, el mejor pirotécnico de Europa, preparó la Mascletá madrileña de San Isidro, para la que se utilizaron 300 kilos de materias primas. Varios miles de personas, sobre todo niños, escucharon la traca y disfrutaron las exhibiciones acrobáticas de Los Bordinis, que descendieron por un cable, en motocicleta, desde la Torre de España, a más de 80 metros de altura, hasta la calle Bailén.

Poco antes de que la Mascletá estal...

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Pasadas las 13 horas, la plaza de España se convirtió ayer en un brillante escenario que evocaba la explosión de alegría y pólvora de las Fallas valencianas. Vicente Blonchú, el mejor pirotécnico de Europa, preparó la Mascletá madrileña de San Isidro, para la que se utilizaron 300 kilos de materias primas. Varios miles de personas, sobre todo niños, escucharon la traca y disfrutaron las exhibiciones acrobáticas de Los Bordinis, que descendieron por un cable, en motocicleta, desde la Torre de España, a más de 80 metros de altura, hasta la calle Bailén.

Poco antes de que la Mascletá estallara, desde los micrófonos se anunció la actuación de Los Bordinis, seis funambulistas, que realizaron diversos números de acrobacia y equilibrio sobre un cable. Vicente, uno de Los Bordinis, bajó desde la Torre de España hasta Bailén prendido del cable con una sóla mano, a una velocidad superior a 100 kilómetros por hora. Luciano, un tinerfeño de 27 años, hizo lo mismo que su compañero pero suspendido del cuello.Nadie esperaba, sin embargo, pese a las proezas ya descritas, que Los Bordini cumplieran lo que habían anunciado. Subir desde la calle de Ferraz hasta la Torre de España en una moto y sobre un cable. Y lo hicieron, ante el asmombro del numeroso público. Antonio, italiano, conducía la motocicleta, y Alexis, un joven alemán de 17 años, iba en un trapecio, suspendido de la máquina. Cuando llegaron al punto más alto, aún se permitieron realizar un triple salto mortal.

Los funambulistas se vieron acosados al terminar su actuación por espectadores que querían pedirles autografos. Alexis, uno de los miembros del grupo, manifestó al bajar del trapecio que su trabajo no sólo no es peligroso sino que "es realmente emocionante sentirse en el aire". "Nuestro público son los niños y los ancianos", añadió. "A la gente joven le interesan otras cosas".

Humo y ruído

La Mascletá estalló inmediatamente después. La plaza de España se llenó de humo y ruído para asombro de algunos transeúntes despitados, que a su paso por la Gran Vía iniciaban pequeñas carreras. "¿Qué pasa?, si parecen cañonazos", comentaba alguien. "Espero que no", decía otro. Los que estaban avisados se tapaban los oídos, mientras los niños pasaron del terror inicial al asombro. Vicente Bronchú, pirotécnico de profesión y preparador de la Mascletá, obtuvo este año en las Fallas Valencianas el primer premio. Ayer, según manifestó el pirotécníco, "la Mascletá fue más fuerte que en Valencia" porque la Plaza de España reúne mejores condiciones acústicas que la plaza del País Valenciano, escenario habitual de estas demostraciones""Nosotros perfeccionamos nuestra técnica a diario. Nuestro próximo espectáculo será aún mejor, y eso que aquí hemos venido a triunfar", manifestó Bronchú, que continúa una tradición familiar iniciada hace más de 100 años en Valencia.

Los preparativos de la Mascletá llevaron cinco horas de trabajo intenso a seis personas, y la traca sólo duró escasos pero intensos minutos de ruido atronador. Cuando todo había acabado y la plaza todavía estaba llena de humo, los niños trataban de alcanzar las cañas de los petardos como trofeo del día.

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La Pirotécnia Bronchú, SA, ha facilitado también los fuegos artificiales que se dispararán esta noche en el estanque del Retiro, como fin de fiesta. "Será un gran espectaculo", asegura su responsable.

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