Tribuna:

Triunfo de la especulación

La especulación ha triunfado. ¡Viva la especulación! Esta frase, con claras reminiscencias histórico-revolucionarias, resume perfectamente lo acontecido en las reuniones, bursátiles celebradas durante la jornada de ayer, donde se impusieron las mejoras justificadas casi en exclusiva en la retirada de algunas partidas vendedoras de cierta consideración.A pesar de que las subidas de ayer no sorprendieron en exceso a los especialistas, su justificación resulta bastante endeble. Utilizar como razón última para justificar unos procesos alcistas de la consideración de los que se registraron durante ...

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La especulación ha triunfado. ¡Viva la especulación! Esta frase, con claras reminiscencias histórico-revolucionarias, resume perfectamente lo acontecido en las reuniones, bursátiles celebradas durante la jornada de ayer, donde se impusieron las mejoras justificadas casi en exclusiva en la retirada de algunas partidas vendedoras de cierta consideración.A pesar de que las subidas de ayer no sorprendieron en exceso a los especialistas, su justificación resulta bastante endeble. Utilizar como razón última para justificar unos procesos alcistas de la consideración de los que se registraron durante la sesión de ayer, el hecho de que se habían producido unos recortes excesivos en las reuniones inmediatamente anteriores, y que la reacción alcista resultaba, por tanto, lógica, parece en opinión de los expertos, un tanto infantil.

En unos momentos como los actuales, con el debate de los Presupuestos Generales del Estado -para el presente año- pendiente, con una política monetaria que se revela como de carácter restrictivo, con unos tipos de interés que, por tanto, amenazan con protagonizar nuevos repuntes alcistas, no resulta excesivamente lógico atribuir una disposición marcadamente favorable a los mercados de renta variable, por mucho que los precios de los títulos hayan bajado con fuerza en las últimas reuniones.

Ayer, en concreto, los mayores y casi únicos esfuerzos compradores se centraron sobre las eléctricas, grupo en el que se registraron las revalorizaciones genéricas más abultadas y por lo tanto más importantes. El recorte de dividendo anunciado por la compañía Iberduero y los problemas genéricos de todo el sector parecen haber sido olvidados repentinamente por los inversores, que incluso eluden, aparentemente, establecer análisis sobre el efecto que la próxima emisión de deuda amortizable puede tener sobre este tipo de títulos.

Sin embargo, es forzoso reconocer que las mejoras se generaron sobre dos soportes de dudosa consistencia. Por una parte, los rumores generados al cierre de las reuniones anteriores, y que apuntaban la posibilidad de que se produjese un cambio en la tendencia, produjeron una retirada de órdenes de venta que terminó propiciando el que el otro factor que intervino en las mejoras, los discretos tanteos compradores generados desde medios afines a los operadores a corto plazo, sirviese para incrementar los precios anteriores.

Prueba de este análisis, en opinión de diversos especialistas, fue la evolución que se registró en el sector bancario. En este grupo, donde se intercalaron algunas mejoras durante la sesión de ayer, la nota más destacada la constituyó el espectacular descenso registrado en los saldos vendedores.

Éstos pasaron de más de 500.000 títulos, para el conjunto genérico de las siete mayores entidades del sector, a poco menos de 70.000, observándose incluso algunas diferencias positivas, como eran los casos del Vizcaya, Bilbao y Santander.

En sentido contrario aparecía encabezando el volumen de oferta el Banesto, con algo más de 68.000 acciones, seguido del Hispano, con 63.167 títulos. Al cierre de las reuniones, el ambiente resultaba bastante más incierto de lo que la evolución de los respectivos índices hubiese hecho pensar, y la impresión general era que el volumen de negocio registrado en los corros resultaba

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