El ministro del Interior, insultado durante el entierro del teniente de la policía muerto en Valencia

El ministro del Interior, José Barrionuevo, el presidente de la Generalitat valenciana, Joan Lerma, el director general de la policía, Rafael del Río, y otras autoridades que les acompañaban, fueron abucheados e insultados reiteradamente por varios cientos de personas a la salida de la iglesia de San Pascual Bailón, en Valencia, tras un funeral que se celebró ayer tarde por el teniente de la Policía Nacional, Emilio Garcia Martínez, fallecido el día anterior en un atentado. Entre las autoridades presentes estaba también el general inspector de la Policía Nacional, Félix Alcalá Galiano, el alca...

El ministro del Interior, José Barrionuevo, el presidente de la Generalitat valenciana, Joan Lerma, el director general de la policía, Rafael del Río, y otras autoridades que les acompañaban, fueron abucheados e insultados reiteradamente por varios cientos de personas a la salida de la iglesia de San Pascual Bailón, en Valencia, tras un funeral que se celebró ayer tarde por el teniente de la Policía Nacional, Emilio Garcia Martínez, fallecido el día anterior en un atentado. Entre las autoridades presentes estaba también el general inspector de la Policía Nacional, Félix Alcalá Galiano, el alcalde de Valencia, Ricard Pérez Casado y el capitán general de la III Región Militar, Manuel Vallespín.

Barrionuevo, en una conferencia de prensa que ofreció posteriormente, manifestó que, si bien no ha habido ninguna reivindicación, hay indicios de que la autoría del atentado puede corresponder a los GRAPO. El ministro quitó importancia a los incidentes del funeral.Se habían producido gritos aislados de viva Franco, arriba España, viva José Antonio y similares, coreados por numerosas personas, con anterioridad a la ceremonia, cuando la comitiva fúnebre salió del cuartel de Policía Nacional de la Alameda en dirección a la iglesia. La situación más tensa, sin embargo, fue la que se produjo al término del funeral. Las autoridades consiguieron subir a los vehículos oficiales gracias a un fuerte cordón de Policía Nacional, que estuvo a punto de ser roto en algún momento por las personas que increpaban al ministro.

Fuertes insultos

Momentos antes de que el féretro saliera de la iglesia, dos personas comenzaron a dar gritos aislados dentro del templo, y uno de los sacerdotes que concelebraron la ceremonia, junto con el arzobispo de la diócesis, Miguel Roca, pidió silencio y que se facilitase la salida en orden al féretro y las autoridades.En el momento en que el ataúd salía por la puerta de la iglesia, un individuo gritó hasta cuándo tanto canalla y tanto sinvergüenza. Varias personas repitieron gritos parecidos mientras se oían voces pidiendo justicia. El griterío aumentó cuando el ministro salió de la iglesia. Una parte importante de personas congregadas allí comenzó a insultarle. Hubo frecuentes gritos de sinvergüenza y otros similares, así como vivas a Franco y a José Antonio.

A continuación, el ministro, las autoridades y un grupo de unas 150 personas asistieron a la ceremonia de inhumación de los restos del teniente fallecido en el cementerio. Allí hubo también algunos vivas a Franco, pero más aislados.

En la conferencia de prensa, que se celebró en la sede del Gobierno Civil de Valencia, Barrionuevo señaló que los indicios de autoría de los GRAPO se basan únicamente en detalles técnicos, como el tipo de explosivo empleado y la forma de colocación, aunque se carece de otras pistas. El atentado podría estar vinculado a los artefactos que explosíonaron recientemente en Valencia en edificios oficiales y a otro que fue colocado en el Ayuntamiento y que no llegó a hacer explosión. Todos ellos se atribuyen a los GRAPO.

El gobernador civil, Eugenio Burriel, negó que la detención de cuatro militantes del Partido Socialista de Liberación Nacional de los Países Catalanes (PSAN), ocurrida la madrugada de ayer, tenga vinculación alguna con el atentado, sino con pintadas favorables a la organización Terra Lliure.