Cartas al director

Suicidio de reclutas

Leo en EL PAIS que un soldado que se encontraba internado en un hospital militar de Madrid desde hacía algunos días se ahorcó. Al parecer, ya había intentado suicidarse poco tiempo antes.Lo inconcebible es que la muerte de soldados o, simples reclutas en esas o similares circunstancias, que se da con relativa frecuencia, parece no revestir mayor importancia. No se le concede la importancia que debiera. Simplemente se asume que esos accidentes o suicidios son tan imprevisibles e inevitables como cualquier otra eventualidad de la vida cotidiana. Lo que difícilmente se llega a cuestionar e...

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Leo en EL PAIS que un soldado que se encontraba internado en un hospital militar de Madrid desde hacía algunos días se ahorcó. Al parecer, ya había intentado suicidarse poco tiempo antes.Lo inconcebible es que la muerte de soldados o, simples reclutas en esas o similares circunstancias, que se da con relativa frecuencia, parece no revestir mayor importancia. No se le concede la importancia que debiera. Simplemente se asume que esos accidentes o suicidios son tan imprevisibles e inevitables como cualquier otra eventualidad de la vida cotidiana. Lo que difícilmente se llega a cuestionar es ese mar de fondo, esa vaca sagrada de Occidente. Me refiero al servicio militar obligatorio.

Me pregunto, o mejor, pregunto al Gobierno -un Gobierno progresista-, hasta qué punto es conjugable hablar de libertad y mantener vigente el servicio militar forzoso, una medida impopular, que conlleva todo un sistema de control coactivo-represivo, necesario para poder mantener su vigencia. A pesar de la distinción -cínica distinción- entre voluntarios y forzosos, la realidad es que la inmensa mayoría de los reclutados cada año van a la mili contra su voluntad.

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El estamento gubernamental debe asumir una sencilla realidad: no todo el mundo está psicológicamente preparado para someterse a una disciplina brutal y al tipo de trato que allí se recibe. Algunos individuos sufren terriblemente ante la perspectiva de su próxima incorporación a filas, y sufren más aún durante su permanencia allí. En algunos casos esto puede conducir a un suicidio, que de otro modo sería evitable. /

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