Tribuna:

En espera de la semana de Pascua

Las dos reuniones que compusieron la pasada semana bursátil vinieron a representar un paréntesis entre dos ciclos distintos entre sí, pero que en principio pueden tener en las subidas de los precios de las acciones más significativas su denominador común. El ciclo inmediatamente anterior estuvo marcado por las mejoras, quizá un poco forzadas, que la mayor parte de los valores del sector bancario registraron cuando tuvieron que utilizar este argumento como arma defensiva frente a la oleada de comentarios genéricos.La determinación con que estas entidades se enfrentaron a la necesidad de generar...

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Las dos reuniones que compusieron la pasada semana bursátil vinieron a representar un paréntesis entre dos ciclos distintos entre sí, pero que en principio pueden tener en las subidas de los precios de las acciones más significativas su denominador común. El ciclo inmediatamente anterior estuvo marcado por las mejoras, quizá un poco forzadas, que la mayor parte de los valores del sector bancario registraron cuando tuvieron que utilizar este argumento como arma defensiva frente a la oleada de comentarios genéricos.La determinación con que estas entidades se enfrentaron a la necesidad de generar mejoras en los precios de sus acciones como uno de los sistemas más coherentes para desmentir aquellos rumores -cosa que, por cierto, parecen haber conseguido momentáneamente- generó un ambiente favorable, del que se beneficiaron algunos otros valores concretos.

Pero esta estrategia representó adelantarse en un par de semanas al horario previsto para las mejoras. Los más cualificados especialistas situaban, desde las postrimerías del pasado mes de febrero, una reacción positiva del mercado en las primeras reuniones del mes de abril, haciéndola coincidir con el período inmediatamente posterior a las vacaciones de Pascua. Al parecer, existía un criterio bastante generalizado en las áreas de decisión de las grandes instituciones financieras por el que los mercados de acciones nacionales tendrían que reflejar positivamente la progresiva caída de los tipos de interés del sistema. A esta circunstancia vino a unirse el hecho de que se excluyó de los circuitos de CRM a las sociedades y fondos de inversión, limitando su capacidad de inversión en estos activos al 10% de sus inversiones computables totales.

Estos dos hechos han venido a plantear un clima propicio para las mejoras selectas que, en las sesiones del pasado miércoles, los escasos especialistas que aún permanecían en las plazas financieras seguían insistiendo en situar en la primera semana de Pascua.

Los valores bancarios, según estas opiniones, deberán ser de nuevo quienes se encarguen de encabezar los procesos alcistas, actuando una vez más como locomotoras del mercado. En este sentido, se señalaba el progresivo descenso en los saldos vendedores de estos valores que se produjeron en las dos reuniones.

Detrás del grupo bancario, y siempre según estos criterios, deben tirar los valores industriales, algunas químicas y varias empresas del sector de construcción. Al grupo eléctrico se le atribuye una capacidad inicial más limitada, y se espera que sus mejoras resulten más moderadas y, en último caso, que sean las últimas en producirse, con lo que se lograría un relevo en la responsabilidad de mantener una trayectoria alcista de una cierta intensidad en las primeras reuniones del mes de abril.

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