CANTABRIA

Una ilusión óptica pudo provocar el accidente ferrroviario de Torrelavega

Continúan sin aclararse las causas del accidente ferroviario que el lunes pasado costó la vida a una persona y heridas a más de cincuenta en las cercanías de la estación de Torrelavega (Cantabria) al descarrilar el convoy que, procedente de Puente San Miguel, se dirigía a Santander. Aunque, oficialmente, se mantiene la primera hipótesis, basada en las declaraciones del maquinista, quien dijo haber visto una piedra en los raíles, no se descarta que pudiera tratarse de una ilusión óptica y que el accidente se debiera al brusco frenazo al entrar en una curva.Casi a las 72 horas después de ocurrid...

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Continúan sin aclararse las causas del accidente ferroviario que el lunes pasado costó la vida a una persona y heridas a más de cincuenta en las cercanías de la estación de Torrelavega (Cantabria) al descarrilar el convoy que, procedente de Puente San Miguel, se dirigía a Santander. Aunque, oficialmente, se mantiene la primera hipótesis, basada en las declaraciones del maquinista, quien dijo haber visto una piedra en los raíles, no se descarta que pudiera tratarse de una ilusión óptica y que el accidente se debiera al brusco frenazo al entrar en una curva.Casi a las 72 horas después de ocurrido el accidente en la línea férrea que une Asturias y Cantabria, las investigaciones de los técnicos no han podido determinar las causas del descarrilamiento. Hasta este momento, ningún resto de la piedra contra la que supuestamente chocó el convoy ha sido hallada, lo que no suele ser corriente en este tipo de accidentes. Fuentes cercanas a la dirección de Ferrocarriles de Vía Estrecha (FEVE) no descartan que el supuesto obstáculo en la vía fuera debido a una ilusión óptica del maquinista, ya que en la hora en que se produjo el accidente -las 19.30 horas- la visibilidad, debido al ocaso, se hace más difícil.

No obstante, tanto el portavoz del comité de empresa de FEVE en Cantabria como el jefe del servicio de mantenimiento, Julio García, sólo reconocen la apertura del correspondiente expediente, sin aventurar cuáles fueron las causas reales del suceso. El maquinista del convoy siniestrado, Luis Ubiago Manso, de veintiún años de edad, mantiene mientras tanto su primera versión, en la que asegura que "pudo observar perfectamente, sobre el carril derecho, la existencia de un objeto que pudiera decir que se trataba de una piedra o algo de bastante tamaño". Queda por saber si el descarrilamiento se produjo por el impacto sobre el objeto o por la violencia del frenazo.

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